El constructor francés desarrolló varias versiones del Blériot XI, con motores más potentes, que se produjeron en serie.

La estructura del primer aeroplano llamado “La Manche”, era de madera. Con él cruzó el canal en 1909. Los planos de sustentación podían desplazarse para el transporte y los timones de profundidad, separados en el sistema demando, estaban montados como alas suplementarias. Sin embargo no podía alcanzar con el motor Anzani una velocidad máxima de 74 kilómetros por hora. La versión perfeccionada fue el Blériot XI-2, con un motor Gnome, con el cual consiguió ya una velocidad de 104 kilómetros por hora y logró permanecer tres horas y media en el aire. En 1913, Blériot fabricó 800 de los 1294 aviones producidos en Francia. Fue el modelo de aeronave que más se construyó en Europa antes de 1914.