La permanente negación de la presidenta Cristina Kirchner de que haya trabas a las importaciones de alimentos a Brasil parecen no alcanzar o ser suficientes para que el tema se cierre. Se conoció hace unos días que existe un documento oficial que permite desentrañar el mecanismo utilizado por el Gobierno para restringir el ingreso de productos. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, le envió el 23 de abril pasado al director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), Oscar Zubieta, una nota en la que le pide “tomar conocimiento integral de cada una de las operaciones relacionadas con el ingreso al mercado interno de los productos alimenticios”. Moreno justifica esa solicitud “teniendo en consideración que la importancia cualitativa y/o cuantitativa de las importaciones a efectuarse tienen la característica de impactar sobre el comercio interior”. Y considera que “la información solicitada contribuirá a una mejor y mayor evaluación del grado de competitividad de la actividad económica, posibilitando la tipificación de las estructuras de costos de los bienes que conforman el mercado”. Los importadores habían denunciado que el Gobierno estaba utilizando órdenes no escritas para demorar la importación de alimentos. Moreno, luego de solicitar información al INAL, autoriza los productos que pueden ingresar en el país. El Gobierno, además de negar las restricciones a las importaciones, se defiende con el argumento de que las medidas adoptadas, siempre transmitidas verbalmente, no violan las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Junto con las quejas de los importadores, los representantes diplomáticos de Brasil, la Unión Europea y China expresaron en este tiempo su malestar por la decisión del Gobierno de establecer, informalmente, nuevas trabas al comercio exterior.
