Puede resultar increíble, pero es cierto. Existen las ferias donde la gente puede dejar y llevarse desde ropa hasta comida y muebles sin tener que dar nada a cambio ni pagar un solo peso. Se trata de las gratiferias, un movimiento social que está de moda en todo el mundo y que llegó a la provincia. Quienes las organizan sostienen que estos eventos, que en San Juan llegan a reunir unas 100 personas que llevan sus productos, forman parte de una filosofía. Y cualquier persona puede organizar una.

Lorena Gómez Luluaga, orfebre, es quien comenzó a organizar estas ferias en San Juan. Primero lo hizo en la vereda de su casa, luego en la plaza de su barrio en Rivadavia y también llegó hasta Albardón, respetando la modalidad y finalidad que rigen a las que se realizan en todas partes del mundo. ‘No se trata de un trueque ni de una actividad con fines de lucro, sino sólo en dar algo que no necesito y creo que a alguien le puede servir. Y también en llevarme algo que me pueda servir a mí y sin pagar nada. No es un intercambio ni hay dinero de por medio, sino es una manera de aprender a desapegarse de cosas materiales que se acumulan sin ninguna necesidad y de ser capaces de colaborar con el bienestar de otras personas a las que se desconocen’, dijo Lorena.

La orfebre agregó que en las gratiferias se puede entregar y llevarse gratis todo tipo de productos desde ropa, calzado, útiles, muebles, aparatos electrodomésticos, libros, muebles, instrumentos musicales, máquinas, frutas y verduras, conservas caseras, adornos, etc. Y también regalar saberes y buenos momentos. ‘En estas ferias también participa gente que lleva lápices y cuadernos para enseñarle a pintar a los niños o colchonetas para dar una sesión de yoga a quienes están en el lugar, todo válido para la bienaventuranza de los demás’, dijo Lorena quien agregó que todos pueden participar en una gratiferia sin necesidad de llevar nada para regalar y con la misma posibilidad de llevarse gratis todo lo que le guste. Además dijo que cualquier persona puede organizar una, ya que el único requisito es tener ganas de compartir, de sentirse bien y de continuar con estos eventos. ‘No hace falta ningún tipo de recurso económico para concretarla más que un par de manteles para extender en el suelo y colocar encima los elementos a regalar, y una vereda o paseo al aire libre donde instalarse. Yo siempre propongo colocar los manteles en círculo de modo de que todos los participante se sientan conectados con los demás. El primer domingo de agosto haré la próxima gratiferia, aunque aún no decido el lugar’, dijo.

El sábado pasado, un grupo de amigos también realizó una gratiferia frente al Monumento al Deporte, en el Parque de Mayo.