"Las mujeres tienen miedo hasta de colgar la ropa en la soga. Esto no es vida, estamos encerrados en nuestras propias casas porque no sabemos si en cualquier momento tenemos una tragedia en el fondo’, contó Nahuel Rodríguez. El vecino de avenida Benavídez al 4100, en Rivadavia, contó que una pilastra y la línea de alta tensión que pasa por detrás de su vivienda y la de su vecino se convirtieron en una amenazadora presencia porque en poco más de dos meses, dos descargas de 33.000 voltios les arruinó electrodomésticos, produjo un incendio y hasta electrocutó una yegua.

La pilastra que lleva los cables de alta tensión, está ubicada detrás de la casa de los Ocampo y a centímetros del fondo de los Rodríguez. Esto es casi al alcance de la mano ya que los cierres perimetrales de ambas viviendas son de alambre. Según contó Rodríguez, el primer hecho se produjo el 25 de julio, cuando se quemaron los electrodomésticos y murió la yegua. El segundo sucedió el domingo pasado, cuando se produjo un incendio que obligó a la intervención de Bomberos.

"Mi dos hijos juegan siempre en el fondo y en el verano les armamos ahí la pileta. Pero ahora estamos con tanto miedo que les tengo prohibido salir al fondo. Se la pasan encerrados viendo dibujitos, pero prefiero que estén en el comedor. Hoy siento que el fondo de mi propia casa es un lugar peligroso’, dijo Mariana Ocampo.

"Yo hasta tengo miedo de colgar la ropa en la soga, que es de alambre, o de regar las plantas. Mi mamá, que tiene 82 años, está tan asustada que ya no sale al fondo y hasta me pide que tenga cuidado cuando tengo que hacer algo afuera’, apuntó Mabel Rodríguez.

En julio, una fuga de tensión generada por una falla en el sistema hizo que la electricidad se canalizara por la alambrada perimetral de las viviendas, se desplazara por otros alambres que forman un corral y tomara luego por las columnas de hierro de los cimientos, avanzando por el cableado doméstico hasta hacer saltar la llave del medidor de los Rodríguez, según informaron en Energía San Juan.

En su paso, los 33.000 voltios achicharraron alambres acerados, dañaron dos aires acondicionados, un TV, lamparitas y fulminó en el acto a una yegua que estaba en el corral, a menos de dos metros de la columna. "Lo que pasó fue muy grave, por eso acá se llenó de técnicos y ese mismo día nos arreglaron uno de los aire acondicionados. Los de Energía San Juan trabajaron mucho y de la pilastra sacaron una descarga a tierra, para desviar por ahí otra posible descarga, nos dijeron. Pensamos que con eso ya estaba todo solucionado, pero el domingo pasado nos llevamos otro susto’, contó Nahuel. Ese día, otra descarga generó un incendio en las ramas secas y malezas que rodean la columna y ambas familias, por temor a echar agua, llamaron a Bomberos, que intervino sobre las 18.

Si bien se cortó la energía en ambas viviendas, el problema eléctrico no generó daños en los aparatos de las casas, sólo el susto de las familias por el incendio y el malestar por el corte de luz de una hora. Desde Energía San Juan dijeron que el inconveniente esta vez fue producto de un arco voltaico (golpe de corriente) generado aparentemente por algo que arrojaron a los cables. Y que como ahora estaba la descarga a tierra, la electricidad liberada no avanzó hacia el interior las viviendas.

"En las dos descargas no había nadie en los fondos, pero no queremos esperar a que pase una tragedia para que nos vengan a arreglar el problema. Algo pasa ahí en esa columna y la verdad que ya no creemos que sean hechos aislados. Estamos desesperados por una solución’, confesó Mabel.