�En realidad, Tourcoing una ciudad chica, hermosa y demasiado tranquila, recién desde el lunes empezó a mostrarse cómo son sus movimientos, porque en el fin de semana prácticamente parecía una ciudad fantasma. Parece que sus habitantes eligieron descansar en casa o bien irse a otro lado. Perteneciente a la capital de Lille y ubicada bien al Norte de Francia, está al lado de la frontera con Bélgica y relativamente cerca de Inglaterra. De clima más bien frío en esta época del año, sus mejores meses son junio-julio.
De edificios antiguos, es llamativo por sus catedrales. Como la principal, que está sobre la misma plaza centro, que es nada más ni nada menos que la Iglesia de Saint Christopher (siglo XV-XVI), considerada como uno de los edificios neogóticos más hermosos de la Francia Norte. Revestida en piedra y ladrillo visto tiene un campanario de casi 100 metros de altura, con más de 80 campanas.
Acá hay casi 100.000 habitantes y, siendo un distrito de Lille, a su vez está compuesto por tres cantones, que son como zonas o barrios de los nuestros. Todo es tranquilo. La forma con que los lugareños se desempeñan y el ritmo propio de la ciudad. Ni hablar del respeto. Cada uno cumple con lo suyo y nadie se pasa de la raya. Claro, como en todos lados, hay excepciones y al parecer el alcohol es el “dañino”.
La limpieza es otro tema admirable. La belleza del lugar es notable. Hay un riachuelo en cercanías del estadio que, por la humedad, parece tener en algunos lugares una alfombra verde que lo cubre. Una postal típica de éstos lugares. Ni el Mundial de las chicas transformó este lugar de ensueño. Tourcoing, nombre raro para un lugar distinto a lo que los sanjuaninos estamos acostumbrados.