Ya no hay cabras muertas tiradas entre las vivas. Como consecuencia, desaparecieron también los jotes y el mal olor. Y las cabras están más activas y más gordas, aunque algunas todavía muestran sus costillas. Esa es la situación que viven hoy las 200 cabras que pertenecen a una cabaña de Carpintería, en Pocito, y que estaban muriendo por falta de alimento. Tras una nota publicada por DIARIO DE CUYO el 13 de enero pasado, la Justicia intervino en el caso y, aunque todavía no hay una definición, los animales ya se ven mejor.

Después de la intervención del Gobierno y la Justicia en el caso, las autoridades habían comentado que, una vez que la cabras recuperaran su peso normal, serían repartidas entre los vecinos. Esta decisión aún no se llevó a cabo, ya que, por la feria judicial, la causa estuvo en el Juzgado de Paz de 9 de Julio, donde no hubo sentencia, y recién llegó al de Pocito hace una semana. Ahora, en ese organismo están analizando el caso para determinar qué pasará con los animales.

Según explicó el juez Fernando Vargas, a cargo del Juzgado de Paz pocitano, por el momento, el depositario judicial de las cabras es el dueño del emprendimiento caprino. Él es el encargado de cuidar a los animales y de alimentarlos. Para eso, el Gobierno le entregó 100 fardos de pasto, que bastarían por un mes. Y ya están enviando 100 fardos más.

En cuanto a los animales muertos, la Secretaría de Agricultura de la provincia y el municipio de Pocito se encargaron del caso. Lo que hicieron fue enterrar las cabras muertas y cubrirlas con cal. Así, ya no hay mal olor en la cabaña. Tampoco están los jotes, que antes sobrevolaban el espacio y se comían los animales muertos.

Vargas comentó que entre a más tardar pasado mañana se acercará al lugar para hacer una inspección judicial y controlar que los animales realmente estén siendo alimentados. Luego analizará el caso y dictará sentencia.

Esa sentencia podría abrir tres posibles escenarios para Hugo Alaniz, dueño del emprendimiento. Uno de ellas es que quede sobreseído y conserve los animales. Otro es que deba pagar una multa. Y el tercero es el pago de una multa y el decomiso de los animales, es decir que la Justicia se los saque. En ese caso, el destino de las cabras podría ser que las repartan entre los vecinos de la zona.

Según se espera, la sentencia se dictará dentro de unos 15 días. Hasta ese momento, las cabras permanecerán en la cabaña y las seguirán alimentando de a poco para que se terminen de recuperar.