Vivir a unos pasos de la Central de Policía no es sinónimo de seguridad para algunos vecinos. Aún conmocionados por el apuñalamiento que sufrió el exrugbier Pablo Aguilar dentro de su casa, en las cuadras pegadas a la Central los habitantes dijeron que están atemorizados por el ataque y por otros robos anteriores que hubo, a la vez que apuntaron contra una obra abandonada por calle General Paz. Dijeron que los delincuentes usan ese complejo de departamentos como aguantadero y señalaron que incluso por allí huyeron los ladrones que le asestaron 12 puñaladas a Aguilar.
Por otro lado, afirmaron que en la zona hay robos varios y que no son denunciados pues creen que no serán esclarecidos. De hecho, previo al ataque, a los Aguilar les habían hurtado dos televisores y no advirtieron a la Policía.
Los vecinos le pidieron una audiencia al Jefe de Policía, para pedir medidas. Desde esa Fuerza indicaron que ya trabajan en lo que se denomina reprogramación de la "Planificación Capital’, es decir, en cambios de recorridos, más patrulleros y policías e incluso en la designación de zonas para colocar cámaras de seguridad.
Pero tampoco es que la presencia policial los tranquilice demasiado. Es que precisamente un policía que hacía adicionales en una empresa de ambulancias por calle Sarmiento, justo enfrente de la casa de Aguilar, está detenido porque sospechan que fue el entregador del salvaje ataque.
Por su parte, los vecinos señalaron a una obra abandonada por calle General Paz, entre Sarmiento y Catamarca, como un aguantadero de delincuentes. Es un complejo de dos torres, con 7 y 6 pisos respectivamente, que ya lleva más de 25 años sin actividad.

