Seguramente que algún desprevenido pensó que llegaban los “Jinetes del Apocalipsis”, o que se estaba filmando una película de terror para estrenar próximamente en Hollywood. Los cierto es que ayer, el segundo día de la Cabalgata de la Fe se inició bajo un pesado y tenebroso manto de niebla que no permitía ver más allá de los 10 metros. Aunque sobre el final y luego de haber cabalgado durante más 6 horas, la tropilla, compuesta por unos 3.500 gauchos, llegó a la Difunta Correa bajo un sol radiante y el aplauso de miles de personas que acompañaron su entrada al paraje Vallecito.

La travesía se inició cerca de las 7 de la mañana desde la ex bodega caucetera El Parque, con un frío que penetraba la piel de los gauchos y una espesa niebla que retrasó, por seguridad, el paso de la caravana. Los mates y las petaquitas con whisky se destacaron, como para combatir la crudeza del clima y así llegar con fuerza al destino final. A medida que el sol se fue asomando la niebla desapareció y el color de la columna de jinetes cambió. Algunos sacaron sus guitarras y las tonadas se hicieron una constante. Unos pocos kilómetros antes de Caputo, la Municipalidad de Caucete, montó un stand donde se repartieron tortas fritas y mate cocido, a una tropilla, que por entonces, ya venía con el calor en la sangre.

Los metros finales de la caravana de la Fe fueron sin dudas lo más emotivo de toda la mañana. No sólo por saber que se llegó al final con el objetivo cumplido, sino además por la gran cantidad de gente que al costado de la ruta y al grito de ¡Viva la patria! y con aplausos interminables le dieron la bienvenida a una numerosa tropilla de gauchos del todo el país que llegaron a la Difunta Correa bajo un sol bien sanjuanino.