Pepa no es la misma de hace dos meses. Ahora le brillan los ojos, volvió a comer y recuperó peso. Además, se transformó en la mimada del Parque Faunístico en donde es el animal de mayor edad. Esta tortuga hembra, de 40 años, llegó a este sitio en febrero pasado en grave estado de salud por la gangrena en su pata trasera derecha. La operaron de urgencia y comenzó un lento proceso de recuperación. Ahora, se está preparando para sumarse a las demás animales de su especie que hay en el parque.

La boca teñida de verde fue una muy buena señal. Esto indicaba que por fin había comenzado a comer por sus propios medios y después de tanto tiempo. De todos modos, a Pepa le siguen inyectando un multivitamínico y calcio para que se recupere del todo.

Pepa llegó al Faunístico con la pata destrozada, los huesos de la tibia y peroné a la vista y gangrena. Necesitaba una amputación urgente para continuar con vida, y sus dueños no podían pagar la cirugía por eso decidieron donarla al Faunístico para que recibiera atención médica.

“Pepa llegó en un estado muy delicado y hubo que atenderla de urgencia. La medicamos con antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos durante tres días para recién poderla operar. No hubo más opción que amputarle la pata a la altura de la rodilla”, dijo Iván Simoncelli, veterinario del Parque Faunístico.

La lesión de Pepa, según contaron sus dueños, se debió a que se le enredó parte de una enredadera en la pata, de tal forma que le cortó la circulación, la lastimó y le generó la infección.

Pero, además, la tortuga tenía roto el caparazón y el mismo estaba pintado con látex. “Al parecer, un perro atacó a esta tortuga y le sacó parte de caparazón a mordiscones. Pero lo de la pintura, se lo hizo una persona a quien no le importó que se intoxicara con el producto”, dijo Simoncelli.

Pese a que le falta una pata, Pepa ya da algunos paseos cortos por el césped, en el sector del parque donde aún permanece en soledad hasta su total recuperación. No falta mucho para eso. Ayer, el veterinario la pesó para corroborar si había aumentado de peso. La balanza indicó 1,735 kilos, 700 gramos más de lo que pesaba cuando llegó al parque. Según dijo Simoncelli, Pepa ya está en su peso normal, lo que indica que se está alimentando bien. Esto permitirá que en unos días pase a estar con las otras 35 tortugas que hay en el Faunístico bajo supervisión médica.