Dicen que el aromo negro tenía más de 200 años y que fue testigo de la vida de los Sarmiento. El árbol está justo frente la casa del Maestro de América y varios historiadores lo mencionan cuando hablan de Sarmiento. Dicen que allí se reunía con Aberastain y que su familia solía sombrearse bajo las enormes ramas. Aunque es poco lo que se sabe a ciencia cierta, lo comprobable es que sobrevivió a terremotos e inundaciones que devastaron la ciudad. También salió triunfante ante las nuevas normas de urbanización que fueron impulsadas en la década del ´50. Según el biólogo Justo Márquez, este es el único aromo negro que quedaba en la ciudad. Hay otros en los márgenes del arroyo de Zonda, porque esa es una característica de esta especie: vivir al lado de arroyos y bajo mucho Sol.

En el 2005, la Asociación Amigos Casa de Sarmiento se propuso rescatar este árbol. Iniciaron una movida para que se lo declarara Histórico, y el municipio capitalino lo nombró Patrimonio Histórico Municipal. Le pusieron rejas y una placa conmemorativa cuando se cumplió un aniversario de la muerte de Doña Paula. El aromo negro originalmente estaba dentro de la casa del doctor Videla, médico de la familia de Sarmiento.