Desde pequeños les inculcan el valor de la solidaridad. Aman poder ayudar a sus pares, sobre todo cuando se trata de chicos de bajos recursos. Y aunque admitieron que no son del todo solidarios con las tareas de la casa, niños sanjuaninos se animaron a hablar sobre la importancia de tender una mano al más necesitado. Impulsados por proyectos escolares e incentivados por sus papás, los niños dejaron al descubierto que la solidaridad también viene en envase chico. En el marco del Día del Niño que se celebra hoy, algunas historias de los mini solidarios del colegio Don Bosco, Santo Domingo y la Escuela Modelo (ver página 11).
Prestar un juguete, ayudar a sus hermanos menores con los deberes de la escuela y hasta regalar un par de zapatillas o ropa son algunas de las cosas que los chicos sanjuaninos dijeron hacer.
La mayoría de las veces, los niños encaran una tarea solidaria en el marco de campañas que organizan los colegios a los que asisten. Hay escuelas que tienen proyectos fijos o que apadrinan a instituciones de departamentos alejados y hay otras que suelen organizar campañas especiales para algunas fechas particulares, por ejemplo para el Día del Niño. Y aunque casi siempre hacen donaciones impulsados por sus docentes, los chicos dijeron que ocasiones que por propia iniciativa también se animan a ayudar. ‘Yo vivo en 9 de Julio y hace un tiempo hubo una inundación. En mi casa tenía tres camperas que usaba y regalé dos a chicos que se les mojó todo. Eso me hizo sentir muy bien, porque ser solidario no es dar lo que nos sobra sino que se trata de desprenderse de algo que apreciamos‘, dijo Octavio Herrera, del colegio Don Bosco.
Además de recaudar juguetes, ropa, alimentos no perecederos y hasta útiles escolares, los chicos dijeron que son solidarios de otras formas. Ayudan a un compañero que no entiende la consigna que dio la maestra, convidan merienda a un amigo que no llevó y hasta hacen las compras para que sus mamás no tengan tantas ocupaciones. ‘Aunque hay veces que en la casa no ayudamos tanto‘, dijo entre risas Emilia Carrizo, del Colegio Santo Domingo.

