Si ya una silla de ruedas es un elemento importante para quien no puede desplazarse por sus propios medios, el diseño pensado por Federico Beguerí tiene un valor agregado incalculable. “No sólo rompe el ícono de sillas existentes -dijo su creador-, sino que al tener ruedas vacías, sin rayos, logra un impacto visual importante. Como estas ruedas son las que traccionan, siempre se tiene control sobre la silla, evitando situaciones riesgosas. También mejora el impulso y permite al usuario pasarse a otra silla o a la cama sin ningún tipo de obstáculo”. Por su estructura, la silla prácticamente no se ve. Al mismo tiempo, la silla se desmonta en su parte posterior para plegarse en sí misma, dando total libertad al usuario a la hora de trasladarla. Y para hacerla aún más cómoda, el asiento y el respaldo se confeccionan a la medida de la persona que la va a utilizar.
