Después de cuarenta años se desmontaron los 147 tubos que se ven en la fachada del órgano Walker de la sala del Auditorio, 50 de los cuales estaban en muy mal estado. Estaban muy deteriorados, “por su propio peso y además, los movimientos telúricos de San Juan hacen que la estructura que los sostiene vibre, así se doblan” aseguró a DIARIO DE CUYO en enero, el organista uruguayo Sergio Silvestri que realizó el mantenimiento. Los limpiaron, colocaron refuerzos, enderezaron algunos, en un trabajo absolutamente artesanal y el órgano volvió a sonar durante Tosca. Pero en enero de 2010 ya se había realizado un primer paso, que implicó la reparación de la consola, la segunda parte realizada este año costó 78.000 pesos, mientras que en enero de 2013 se realizará el mismo trabajo en los 3.418 tubos que están en la parte de atrás.
