Acercar la palabra de Dios a más personas no es el único objetivo que se impuso la comunidad religiosa de la Parroquia Divino Salvador, sino también llegar a aquellas con limitaciones que las alejan de la Iglesia. Es por este motivo que comenzó a celebrar misas para feligreses hipoacúsicos y sordos. De esta manera se convirtió en el primer templo con misas inclusivas y que cuenta con el servicio de un intérprete de lengua de señas.

‘Si Jesús usó sus manos para sanar un hombre sordo, por qué no usar las manos para comunicar su palabra. Esta premisa es la que tuvimos en cuenta para comenzar con las misas inclusivas para personas sordas porque nadie debe ser separado de la Iglesia. Lamentablemente, a veces no contamos con todos los recursos necesarios para llegar a estas personas con la palabra de Dios’, dijo Francisco ‘Paquito’ Martín, sacerdote de la Parroquia Divino Salvador, que se encuentra al lado de la Universidad Católica de Cuyo.

El sacerdote agregó que uno de los objetivos de las misas inclusivas es que los fieles con esta discapacidad tengan acceso a la vida sacramental y a la contención espiritual. También dijo que todo esto fue posible gracias a la colaboración desinteresada de Francisca Tula, intérprete de lengua de señas. ‘A este proyecto que armamos con el padre José Juan García, se sumó esta joven que es el puente entre Dios y estos fieles. Es que no todos los sordos saben leer los labios, y si lo saben no pueden ver lo que dice el sacerdote en el altar porque están lejos del mismo. Por eso, el lenguaje de señas es el mejor método para transmitirles la palabra de Dios. Y tuvimos una buena repercusión. En la primera misa inclusiva participaron unas 20 personas sordas’, dijo Martín.

El padre ‘Paquito’ explicó que se pensó en algunos puntos estratégicos para lograr este objetivo. Dentro de los mismos figuran que Francisca se ubique al lado del altar, mientras que las personas con sordera deben hacerlo en las primeras filas de bancos para poder ver con claridad a la intérprete desde el comienzo hasta el fin de la celebración de la misa.

El sacerdote agregó que, por ahora, los fieles sordos que sólo pueden comunicarse con lengua de señas no pueden confesarse, ya que para este momento no se permite la presencia de un intérprete. Pero, que se está trabajando para cambiar esta situación. Contó que el padre Martín Nacusi sabe lengua de señas y existe la posibilidad de que asista a las misas inclusivas para confesar a estos fieles y de esta manera darles la oportunidad de comulgar.

 

La celebración

Las misas inclusivas en la Parroquia Divino Salvador, en el departamento Rivadavia, destinadas a personas hipoacúsicas y sordas, se celebran el primer domingo de cada mes, a las 20. Mañana será la segunda celebración de este tipo.

 

> La traductora de Dios

 

Siempre soñó con servir a Dios, pero de una manera activa y generando un bien para el prójimo. Ya encontró la manera de hacerlo. Es Francisca Tula, de 35 años (foto), que es intérprete de lengua de señas y la encargada de traducir la palabra de Dios para las personas sordas que asisten a las misas inclusivas en la Parroquia Divino Salvador. Esta mujer, madre de tres hijos, dijo que desde muy joven quiso aprender lengua de señas, pero que la convicción de hacerlo le llegó hace un par de años y en su trabajo. ‘Soy asistente dental y un día llegó al consultorio un hombre sordo. Iba solo y nadie pudo entender lo que quería. Ahí sentí la necesidad de aprender a comunicarme con ellos. Hace 3 aprendí lengua de señas y sin pensar que iba a participar en una misión tan linda como es ser la intérprete en las misas inclusivas’, dijo la mujer.

Francisca explicó que es un gran desafío lograr que la persona sorda comprenda lo que quiere decir el evangelio, debido a sus metáforas. Pero que ella, además de encomendarse a Dios para llevar a cabo esta misión, se prepara previamente para poder transmitir el mensaje divino los más claro posible. ‘Lo que hago cuando el sacerdote lee el Evangelio es contárselos en forma de cuento o historia, para ello lo leo previamente para saber de qué se trata. También hablo antes con el sacerdote para que me cuente sobre la homilía, así también la preparo en forma de historia. Estas son las partes más difíciles para transmitir, ya que la ceremonia de la misa es un rito con frases hechas. De igual forma, les interpreto los cánticos y hasta les cuento que cuando se presentan las ofrendas en el altar, es un momento que pueden aprovechar para pedirle a Dios alguna bendición’, dijo Francisca.