Durante la semana, cerca del mediodía o pasada la siesta, la Plaza 25 de Mayo muestra una postal diferente a la de hace un mes. Está repleta de chicos con uniformes o guardapolvos que buscan información, escuchan música y revisan el Facebook en sus propias netbooks.

Ellos usan el servicio de Wi-Fi gratuito que hay en el espacio verde, para sacarle el jugo a las flamantes computadoras entregadas por el Gobierno a los alumnos de las escuelas secundarias (ver aparte).

Lejos quedó la imagen de la plaza más importante de la Capital ocupada por los skaters o por los chicos con ropa de color o completamente negra, que se sentaban en el césped mientras cruzaban su ideología de Floggers y Emos. Ahora, en cambio, la plaza parece un cyber con computadoras personales.

‘Estamos buscando información sobre el funcionamiento del sistema respiratorio. Tenemos que escribir un informe‘, contó Sabrina Bravo, alumna de la EPET 4. Ella y dos de sus compañeras escribían en un papel los datos que iban copiando de internet.

Estaban aprovechando el tiempo libre que les quedaba antes de entrar a la clase de gimnasia. ‘Venimos acá porque en nuestras casas no tenemos internet. Igual buscamos también en los libros, porque hay cosas que no encontramos acá‘, dijo la estudiante.

Detrás de ellas, un grupo de alumnos de la EPET 5 almorzaba en el césped. Uno de ellos estaba acostado sobre el pasto, con las piernas flexionadas y la compu en la panza.

Pasada la siesta ocuparon el espacio las alumnas del Liceo Paula Albarracín de Sarmiento. Estaban haciendo tiempo antes de entrar a clase y aprovecharon las netbooks para relacionarse con chicos de la Boero, quienes todavía no tienen las computadoras y se acercaron a ellas para ver cómo son.

Las máquinas son distintas, algunas son blancas, otras son negras y otras, grises. Además, algunos de los chicos les ponen calcomanías para adaptarlas a su estilo. Los varones prefieren logos de algunas bandas y las chicas corazones o flores.

Otros hasta les incorporan herramientas periféricas. Es el caso de Sebastián Romero, también de la EPET 4, quien compró unos parlantes pequeños que conectó a la compu para poner música en la plaza y escucharla junto a sus compañeros.

También llegan al espacio verde alumnos de otros departamentos, como un grupo de chicos de la Escuela Jorge Washington, de Pocito. Ellos estaban en la Capital haciendo la residencia y se reunieron en la plaza para navegar por internet.

La presencia de los jóvenes cibernautas es visible y promete crecer, porque todavía hay alumnos de distintas escuelas que miran a estos jóvenes con ansiedad, mientras esperan que lleguen sus compus.