En la ciudad bonaerense de Garín, sobre la ruta Panamericana, se ve desde afuera cómo está creciendo una gran mole de cemento y hierro, con fachadas curvas y decenas de obreros moviéndose como hormigas. Se trata de la primera planta de elaboración de vacunas antigripales (estacionales y pandémicas, es decir que incluyen la inmunización contra la gripe A) que habrá en Argentina, lo que la convertirá en el décimo país en tener una fábrica de estas características y en un polo de desarrollo tecnológico y científico casi sin precedentes. La planta en construcción pertenece a Sinergium Biotech, un consorcio conformado por los laboratorios privados Biogénesis Bagó, Novartis Argentina y Elea. La obra comenzó en mayo del año pasado, tendrá 15.000 metros cuadrados, empleará a unas 320 personas y el objetivo final es que a partir de 2015 pueda elaborar unos 8 millones de dosis de vacuna antigripal al año para venderle al Estado argentino, para luego crecer a unos 20 millones anuales totales, para extender el mercado hacia el exterior, comenzando por el Mercosur. La semana pasada hubo una rueda de prensa y un recorrido por la futura planta de Sinergium Biotech, de las que participó DIARIO DE CUYO. La obra es colosal: se encara por varios frentes simultáneos y el movimiento que se ve, con el rugido de la Panamericana al fondo, representa apenas la mitad del complejo que se construirá. El esqueleto del edificio avanza hacia arriba, a lo largo de varios pisos, y la ubicación de las columnas y muros permite entrever una arquitectura totalmente innovadora en su fachada. En ese espacio, una vez terminado, se envasará y etiquetará las vacunas antigripales que lleguen del exterior, enviadas por la sede central europea de Novartis, miembro del consorcio. Es que mientras tanto, esta empresa provee al Estado nacional de todas las dosis necesarias, y seguirá siendo así hasta que la planta ya esté tan avanzada que pueda elaborar allí el antígeno, lo que significará un enorme paso adelante en materia científica en el país. “Esto implica incorporar tecnología y mano de obra argentinas, sustituir importaciones y generar capacitación”, enumeró Abel Di Gilio, presidente de Sinergium. Y explicó en qué consiste el trato con el Gobierno, enmarcado en una licitación pública: el consorcio debe garantizarle al Estado la provisión permanente de vacunas antigripales durante una década (lo cual es una ventaja porque cada vez que surge una pandemia, la demanda supera con fuerza a la oferta en el mercado de las vacunas), y a su vez el Estado no le puede comprar dosis a ningún otro laboratorio, lo que le asegura a Sinergium que su planta sea sustentable. Por lo pronto, una vez construidas las secciones previstas, pretenden llenar y etiquetar jeringas con dosis llegadas de Europa a partir de marzo de 2013.
