Junto con el revés para la derecha en los comicios, la otra gran derrota fue la bajísima participación de los votantes: apenas un 40% del universo electoral, un mínimo histórico desde el retorno de la democracia. En la elección municipal debutó el sistema de sufragio por inscripción automática y voto voluntario, que reemplazó a la votación obligatoria. De un universo electoral de 13,4 millones votantes acudieron a las urnas menos de 5,5 millones personas, lo que en las redes sociales fue atribuido al desprestigio de la clase política.
