Alberto Hensel, de Sarmiento, aseguró que “el municipio se hace cargo de un sistema del que no es responsable y del que no recibe pago alguno”. Dijo que siempre colaboró con las vecinales de su departamento y que en 2012 aportó un total de 1,2 millones de pesos en cañerías, mantenimiento y bombas, entre otros ítems. Francisco Elizondo, de Valle Fértil, manifestó que “lo más indicado es que pasen a OSSE”, mientras que Robert Garcés, de Calingasta, aseguró que las instituciones “no tienen plata para mantener el personal ni para hacer inversiones”. En Albardón, Juan Carlos Abarca señaló que la repartición estatal debería estar encargada de todo. Su par de Angaco, José Castro, resaltó que las vecinales “no tienen la capacidad técnica ni la infraestructura para brindar un buen servicio”. César Monla, de Zonda, dijo que la unión vecinal “no da el servicio que el pueblo necesita”. Jorge Barifusa, de Jáchal, señaló que tan sólo deben pasar a OSSE el 50% de las instituciones de su departamento, aquellas que no andan bien.
