"Vi una caja que se movía y pensé que era un gatito. Cuando la abrí vi a la bebé. Me atuté, no atiné a otra cosa. Me sorprendí y me la llevé", dijo ayer Mirta Silva, la mujer de 70 años que el sábado pasado recogió a una recién nacida que habían dejado abandonada en la Catedral.
La mujer, que ya declaró ante la Policía y que ahora espera que la citen desde la Justicia, aseguró que se encontró a la niña en una caja cerrada. Al mismo tiempo, una de las hipótesis investigativas apunta a una entrega voluntaria de la mamá a esta mujer.
Mirta, quien vende estampitas en la Catedral desde hace muchos años, contó que el sábado a las 11.30 salió de la iglesia céntrica para volver a su casa del barrio Parque Industrial, en Chimbas. Pasó por el baño de la Catedral, algo que hace todos los días antes de ir a la parada del micro, luego caminó por la vereda de calle Rivadavia y al llegar a la fuente que está entre la Catedral y el Banco San Juan vio una "caja marrón chiquita" que se movía.
Al abrirla se encontró con la pequeña. "Era hermosa. Estaba vestida con un osito de lana blanca. Me asusté y no supe qué hacer. Así que agarré un bolsito que estaba junto a ella, alcé la bebé y me vine en colectivo", dijo Mirta y contó que durante todo el viaje la pequeña permaneció en silencio y casi no se movió.
Al llegar a su casa, Segundo, su marido, le preguntó por la bebé pensando que era alguno de sus nietos o bisnietos. Es que la pareja tiene 16 nietos y 12 bisnietos. Pero cuando le contó la verdad llamaron a una de sus hijas, quien de inmediato dio aviso al 102.
"Tenía hambre y en el bolsito lo único que había era un papel con los datos de la bebé y pañales.

