La muerte de Muammar Kadafi implica que se evitará un largo y complejo juicio que hubiera dividido a Libia y avergonzado a los gobiernos y compañías petroleras occidentales. Los primeros reportes y rumores sobre su captura ayudaron a bajar los precios del petróleo.

Si hubiera sido atrapado con vida, seguramente se hubiera generado un amargo debate sobre si debía ser juzgado en Libia o extraditado a la Corte Penal Internacional. Un juicio hubiera dado a Kadafi un podio desde donde atacar tanto a los nuevos líderes como a las potencias occidentales, revelando secretos que quisieran olvidar.

Desde que Libia salió de su aislamiento internacional en la última década, muchas firmas petroleras internacionales firmaron acuerdos multimillonarios. Pero lo peor para el Gobierno interino y la OTAN, según los analistas, hubiera sido que Kadafi siguiera prófugo, quizá desapareciendo en el Sahara para formar nuevas milicias y desestabilizar a Libia y sus vecinos.

Que Kadafi haya sido asesinado en vez de capturado significa que también evitará un largo y agotador juicio que hubiera sido muy decisivo y revelador de secretos incómodos‘, agregó. El derrocado líder también podría haber usado la oportunidad para abrir viejas heridas políticas y generar el mayor daño posible.

Según Daniel Korski, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y defensor de la intervención de la OTAN, la muerte de Kadafi ‘evita un prolongado drama judicial al estilo Slobodan Milosevic, que podría haber fomentado un apoyo al ex dictador, pero también quita al nuevo Gobierno libio la oportunidad de mostrarse superior a él‘, opinó.

‘Su muerte, en circunstancias tan violentas, también corre el riesgo de crear una figura de mártir de un hombre cuyas acciones en vida nunca le hubieran otorgado ese mérito‘, agregó.

Los medios internacionales hubieran capitalizado cualquier detalle jugoso sobre cómo las naciones occidentales cortejaron a Kadafi, ayudándolo a depositar su fortuna y a reconstruir su industria petrolera. Grandes firmas como la italiana ENI, la francesa Total y la británica BP tenían acuerdos con Trípoli.

Ese riesgo no desapareció del todo, ya que algunos de sus hijos siguen prófugos y podrían ser juzgados. No obstante, con el terrorista Osama Bin Laden muerto en una misión de fuerzas estadounidenses este año y los líderes talibanes y de la red Al Qaeda cada vez más perseguidos por aviones no tripulados, algunos temen que los asesinatos o muertes ‘accidentales‘ de enemigos -en lugar de complejos juicios o confinamientos en lugares como Bahía Guantánamo- se hayan convertido en una opción demasiado atractiva.

‘Decir que es mejor para todos que haya sido asesinado en vez de capturado es decir que el enfoque legal tiene desventajas y eso es rendirse al cinismo‘, sostuvo Rosemary Hollis, jefa del programa de estudios de Oriente Medio de la Universidad de la Ciudad de Londres (la capital del Reino Unido de Gran Bretaña).

‘Es difícil ver eso como algo bueno. En el caso de (el fallecido líder libio) Kadafi, si hubiera ido a juicio hubiera divagado eternamente hasta terminar minando su propia credibilidad‘, agregó. Con su muerte, afirmó, existe el riesgo de que se exacerben algunos de sus simpatizantes más duros y otros radicales, sobre todo si se revela que murió por un ataque de la OTAN o fue ejecutado después de su captura. Otros analistas creen que su fallecimiento podría no ser el fin de los problemas de Libia.

‘Si uno mira Irak, la captura de Saddam Hussein no detuvo a la insurgencia‘, dijo Anthony Skinner, director de Oriente Medio de la consultora de riesgos Maplecroft.

‘Son dos países muy diferentes, pero Libia también tiene divisiones étnicas y más allá de lo que ocurra allí, hay muchas cuestiones por resolver‘, añadió.