�Juan XXIII (1958-1963), elegido para ser un pontífice de transición, se convirtió en un papa revolucionario para la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II y en el ‘Papa bueno‘ venerado por los fieles. En tanto, Juan Pablo II (1978-2005), quien fue santo por aclamación popular y conocido como ‘papa de los récords‘, con sus casi 27 años de pontificado y 104 viajes fuera de Italia, también tuvo el proceso de canonización más rápido de la historia y será santo sólo nueve años después de su muerte, el 2 de abril de 2005.
Como en el caso de Juan Pablo II, la muerte de Juan XXIII en 1963 fue acompañado de un intenso fervor popular que pedía su proclamación como santo sin pasar por un proceso, pero su causa de canonización fue quedando atascada hasta la llegada del papa Francisco.
El 5 de julio de 2013, Francisco decidió aprobar el segundo milagro de Juan Pablo II, y también decidió canonizar a Juan XXIII, sin que se estudiase un segundo milagro por su intercesión. Son muchas las características que ahora hacen que nazcan comparaciones entre Juan XXIII y Francisco, pues tras su elección en 1958, con 77 años, elegido para suceder a Pío XII (1939-1958), modernizó la vida en la corte vaticana, flexibilizando el protocolo y facilitando el contacto del papa con la realidad cotidiana.
