En el 2006 había plantadas en la Argentina unas 23.000 hectáreas de Malbec. Su gran aceptación como varietal por parte de los argentinos y en el exterior, hizo que las plantaciones crecieran hasta 39.300 hectáreas, es decir un alza del 71%. Hoy representa el 17% de la superficie total cultivada, concentrándose el 86% en Mendoza. En el 2011 superó a la Cereza como la variedad más cultivada del país.

En el período 2006 al 2015 el crecimiento en el mercado interno del Malbec fue de 158%. En una década los despachos de vinos varietales aumentaron un 24%. En el mercado argentino el 36% del vino consumido embotellado como varietal es Malbec, más de 85 millones de litros.

En el año 2006 se producían en el país 200 millones de kilos de uvas y en el 2015 se llegó a 360 millones de kilos, un crecimiento importante a un promedio de 9.160 kilos por hectárea.

El año pasado se pagó $4,62 precio de referencia por kilo de esta variedad llegando a $5,30 por kilo en el Valle de Uco, Mendoza. En el mercado de vino de traslado, se pagó 5,96 por litro, llegando a 6,50 en el Valle de Uco.

Con las exportaciones el Malbec dio la nota en la última década al pasar de 107 a 495 millones de dólares de venta, unos 134 millones de litros de vino a U$S 3,06 por litro.

El Malbec representa el 51% de las exportaciones nacionales y en vinos embotellados el país exportó con 1.625 marcas. De todo lo exportado en litros el 48% se lo lleva Estados Unidos y se posiciona muy bien en China. Por ahora pocos países ofrecen Malbec: Chile tiene 6 mil hectáreas, Francia 5.300, Sudáfrica 400 y California, USA, sólo 45.

Por los datos expuestos es que cobra importancia esta caída en la cosecha y en especial Malbec. La competencia por esta uva hará, sin duda, levantar su precio y también su vino. Se plantea un escenario interesante para aquellos que deben analizar si les conviene vender la uva o hacer vino y esperar un tiempo para no malvender. Para los otros varietales aunque a menos precio, las expectativas son las mismas. Lo mismo que para el jugo de uva (mosto). Es tiempo de reflexión y esperar. A no apresurarse.