Lo primero que cargaron los chicos de Ullum en la lancha, fue la guitarra. Después improvisaron un sistema de sonido con un altoparlate. Y desde el mismo momento que embarcaron no dejaron de cantar y aplaudir ni un solo instante. Esta vez, fueron los más jóvenes los que le pusieron condimento a la procesión náutica que se realizó ayer en el Dique de Ullum.

Si bien la procesión náutica, cuya primera edición se hizo hace seis años, fue idea del padre Francisco Martín, este año tomó protagonismo la comunidad religiosa de Ullum. Y fue el padre Pepe, párroco del departamento, quien tomó la posta con el micrófono y fue cantando durante todo el recorrido. No sólo fueron los jóvenes ulluneros los que participaron del recorrido acuático. Los que andaban en motos de agua y hasta en kayak también decidieron plegarse a la columna.

La procesión salió desde el embarcadero, como todos los años. Pero en pocos minutos, lanchas, motos de agua, veleros y gomones, se acoplaron al recorrido, que cada vez es más numeroso. Encabezando las embarcaciones estaba una lancha en la que habían colocado la imagen de María Auxiliadora. La Virgen iba custodiada por dos guardavidas. El recorrido duró más de una hora y media y no quedó playa del dique de Ullum sin recibir la bendición del padre Pepe Fuentes.

Esta fue mucho más que una demostración de fe. Muchas de las personas que estaban en los clubes se arrimaron a la costa para fotografiar a más de una veintena de embarcaciones que surcaron las aguas del dique cuando el sol estaba poniéndose en el horizonte. Pañuelos, gorras, remeras. Todo fue bueno para saludar el paso de la Virgen por los distintos clubes.

La movida tomó por sorpresa a algunos bañistas. Sobre todo cuando vieron a los jóvenes que tocaban la guitarra y cantaban a toda voz. En medio de todo este panorama, el padre nuestro se mezcló con el sonido del agua y los aplausos de la gente que estaba en la costa, al ver pasar las embarcaciones.

Esta bendición acuática está teniendo cada vez más adeptos. Año a año se agregan nuevas movilidades. El año pasado la novedad fueron las motos de agua. Este año, un par de veleros e imponentes gomones, agregaron color a un escenario pintoresco.

Aunque algunas nubes amenazaron con arruinar la tarde, ni bien la Virgen entró en el agua, el cielo se despejó y el sol brilló intensamente hasta que se ocultó tras los cerros. Esto sucedió minutos después de concluida la procesión.