Antes, durante y después del encuentro desde la cabecera norte del Estadio del Bicentenario, atronó el aliento para el equipo. La hinchada varió sus cantos durante los 90 minutos. Hubo de todo. Algunas consignas referidas a San Martín, clásico rival provincial y otras en las que se imploraba más que pedir +que esta noche tenemos que ganar+. En algún momento se trató de contagiar al resto de los aficionados con el +griten c… si quieren ser campeones+. No se ganó, se empató, quedaron con la boca quedo gusto a fósforo, pero con el corazón intacto pensando en River, el puntero, que vendrá la semana próxima con todo su potencial y al que se intentara bajar del pedestal desde el que mira a todos sobre el hombro.
