Durante las dos ediciones anteriores, la familia Martín se quedó con las ganas de probar las empanadas caseras y recién sacadas del horno. Este año decidió llegar antes al Predio Punta de Rieles para que no le volviera a ocurrir lo mismo. Fue en la noche de apertura de la Fiesta de la Empana, en Rivadavia, que se inauguró el sábado pasado. La inauguración fue a las 22, pero la gente ingresó a las 20 para comprar empanadas. Según los organizadores, unas 15.000 personas concurrieron al evento que contó con la presencia de la intendenta de Rivadavia, Ana María López y del gobernador José Luis Gioja.
La gente de la Unión Vecinal de Marquesado comenzó a apurar el fuego en el horno de barro. Aún no se había consumido la leña y ya había 5 personas haciendo fila para comprar empanadas. ’La gente a las 20 ya se acercó a buscar empanadas. En las otras fiestas muchas personas se quedaron sin probarlas porque faltaron por eso vinieron bien temprano y la gente de las distintas uniones vecinales preparamos más cantidad. En la edición anterior nosotros hicimos 80 docenas y este año, 140’, dijo Cristina Luberchi, de Marquesado.
En el puesto de la Unión Vecinal del Barrio Jardín Policial comenzaron con la venta de empanas a las 21 y por la demanda. En menos de media hora llevaban vendidas 23 docenas.
María Castán, miembro de esta institución, dijo que desde el lunes pasado comenzaron a trabajar para poder preparar las 180 docenas de empanadas que llevaron a la primera noche de la fiesta.
La gente de la Unión Vecinal de la Bebida, llevó masa preparada por si les llegaba a faltar hojas. Nunca imaginaron que a una hora del comienzo de la fiesta ya tuvieran que recurrir a la masa extra porque ya habían vendido 40 docenas de empanadas. Un par de mujeres se encargó de pasar la masa por la pastalinda, mientras otras cortaron las hojas con mucha agilidad. Esta producción en vivo hizo que la gente se agolpara alrededor de este stand para verlas trabajar. ’Nunca pensamos que la venta iba a comenzar tan temprano y con tanta demanda. Lo curioso es que casi todas las personas compraron más de dos docenas’, dijo Fabiana Cortez, de La Bebida.
Como la venta de empanadas comenzó mucho más temprano de lo previsto, a penas se inauguró la fiesta ya había gente cómodamente sentada degustando este plato o caminando por el predio con las empanadas a cuestas para comerlas después.
Esta demanda anticipada obligó que el jurado tuviera que comenzar media hora antes de lo previsto a catar las diferentes recetas.
El clima fue un aliado para que la primera noche de la Fiesta de la Empanada se desarrollara exitosamente. El viento sur que sopló por la noche hizo bajar la temperatura y disipó la tormenta eléctrica. Pese a la amenaza de lluvia nadie se fue de la fiesta, esperando el plato fuerte de la noche: la actuación de Luciano Pereyra que, por miedo a la lluvia, también comenzó con su recital antes de lo previsto.

