La idea prioritaria era que estos Juegos Mundiales del Patín contagiaran a los aficionados chinos especialmente en deportes que aquí no son populares. Caso especial el hockey sobre patines. Al tener una infraestructura acorde al acontecimiento, esta bellísima ciudad Nanjing se preparó para recibir el evento. Tanto, que el FIRS, el máximo organismo del patín a nivel mundial, prácticamente le entregó todo lo relacionado con la distribución de los deportes y a su organigrama a China.

 

Es decir, en lo deportivo, el FIRS dominaría toda su organización. Pero China ordenaría todo lo que se refiere a escenarios, seguridad y otros detalles, haciéndose cargo de todo. Por ejemplo, de las acreditaciones. Algo complicado para cualquier visitante dado que para ingresar a este país hace falta visa. Rigurosos por completo, los chinos estudiaron a toda persona que ingresaría al país y recién desde ahí los dejó actuar a cada uno en lo suyo.

 

Lo malo es que parece que en difusión los chinos no acertaron con el aparato programado. Porque hasta ahora los estadios lucen prácticamente vacíos de aficionados. En cada choque sólo están los parientes de los jugadores o bien los rivales que están por jugar el partido siguiente o los que ya terminaron el anterior.

 

También invaden el lugar los amables voluntarios que, con su uniforme verde, tratan de ayudar cuando se los requiere. Pero sólo eso, tratan. Porque son sólo un puñado los que hablan inglés. Por supuesto casi ninguno español. La entrada cuesta menos de 50 pesos argentinos. Pero ni eso ha convencido a los locales porque está claro que no hay chinos en las tribunas.

 

Entonces, ver los estadios –que de paso son maravillosos- casi vacíos y sin que nadie explique razones de manera específica, para los pocos argentinos que acá están, todo se les hace difícil. Las razones de éstos Juegos acá en China sólo las conocen unos pocos. A medida que pasa el tiempo y empiezan a llegar más delegaciones, todo se hace más complicado. Es que los chinos son cerrados, estructurados. Y los visitantes a veces necesitan otro trato, que ellos no están dispuestos a aceptar. Quedan muchos días y el tema va aumentando en preocupaciones.