Peligro. El techo de toda la casa de la familia Castro Garrido está en riesgo de derrumbe por los efectos de la humedad.

 

Eran las 6 de la mañana y los siete hijos de la familia Castro Garrido estaban durmiendo en la habitación que comparten, en su humilde casa en Rivadavia. Un fuerte crujido despertó al mayor de los varones que de inmediato hizo que el resto se levantara. Salieron del dormitorio justo antes de que se cayera el techo. El viejo cañizo y los palos no resistieron las consecuencias de la lluvia de hace un par de días. Por falta de recursos sólo pudieron hacer un arreglo provisorio y apuntalar el techo de la cocina que también estaba en riesgo de derrumbe.

"Desde las seis de la mañana hasta las 7 de la tarde trabajamos para sacar todo el techo del dormitorio. Esperamos que el municipio de Rivadavia nos ayudara con algunos materiales, pero no lo hizo. Tuvimos que poner el mismo cañizo y los mismos palos. Es un peligro", dijo Rubén, el mayor de los varones.

Contó que su padre es jardinero y que su madre, además de ser ama de casa, hace changas para contribuir con la economía familiar. Dijo que con lo que ganan sólo les alcanza para alimentar a la familia y ayudar con los gastos de los estudios. "Todos los hermanos estudiamos, algunos van a la primaria, otros a la secundaria y mi hermana y yo estudiamos para docentes de primaria. Mis papás hacen muchos sacrificios para darnos estudios, por eso los más grandes también hacemos changas para ayudar. Pero de igual forma no nos alcanza para hacer un techo nuevo", dijo Rubén.

El joven sostuvo que sólo necesitan colaboración con materiales para encarar esta obra porque ellos mismo se encargarán de concretarla. "Jamás pedimos ayuda de ningún tipo, ni al Gobierno ni a nadie más, pero ahora realmente no podemos superar esta situación solos", dijo.

Quien desee colaborar con un cañizo, palos y nylon para esta familia, pueden acercarse por su casa, en calle Benavídez 7.094 Oeste o llamar al 155094577.