Según la prensa porteña, el Gobierno tiene decidido no avanzar en su pelea con la Iglesia, tras el enfrentamiento sobre matrimonio homosexual. Esta estrategia de recomponer puentes, especialmente con el área de Pastoral Social, que encabeza monseñor Jorge Casaretto, es vista con prudencia entre los obispos. Distintas vías están abiertas en el Gobierno para llegar a la Iglesia. El canal más formal es el área de la Secretaría de Culto, a cargo de Guillermo Oliveri, quien nunca interrumpió el diálogo, aún en los momentos de mayor tensión. Por allí pasan desde Casaretto y Jorge Lozano (Gualeguaychú) hasta Mario Cargnello (Salta). Pero también tienen algún tipo de contacto, por vías informales, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el presidente provisional del Senado, José Pampuro, especialmente con obispos de la provincia de Buenos Aires, destaca diario La Nación. Con quienes no hay diálogo desde el Gobierno es con el sector que reúne las voces que se identifican con las posiciones más conservadoras de la Iglesia, encarnadas por el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, y que tuvieron mayor protagonismo en el debate por el matrimonio gay.
