Es inevitable, los vecinos hablan del nuevo pozo y no pueden dejar de hacer referencia a las otras veces que la esquina de Libertador y Santa María de Oro, frente a la plaza de Desamparados, estuvo cortada. Para ellos, es normal ver caos en el tránsito, máquinas y casillas en el medio de la calle y el infaltable cartel de desvío, en la esquina de los agujeros. Ahora y desde hace un mes, en el sector Norte están terminando de realizar obras relacionadas con los caños de agua. Y hasta desde OSSE, encargada de esos trabajos, admiten que la gente que vive en la zona ha tenido que sufrir “innumerables inconvenientes”.
“Estuve dos años encerrado cuando estaban arreglando el asfalto y las cloacas y ahora me está pasando de nuevo”, contó con bronca Eugenio Sánchez, quien tiene su kiosco en la plaza, justo en la esquina en la que trabajan las máquinas. Y dijo que actualmente está vendiendo menos de un 50 por ciento que lo habitual. “Yo ya ni les preguntó a los obreros cuándo van a terminar, porque siempre dicen que falta poco. Ahora me limito a mirar”, comentó con resignación.
Mientras los autos se amontonan y doblan con dificultad una vez más, los obreros intentan marcar con sus brazos por dónde deben circular. Desde la rotisería de enfrente los mira Ana Montenegro. Ella dijo que el principal problema cuando cortan esa esquina se ve por la noche. “Los semáforos quedan intermitentes y, como las máquinas no están trabajando, abren media calzada de la mano Norte y es cuando comienzan a tocarse los autos. Hasta ahora no vimos ningún choque grave, pero sí varios impactos”, contó la mujer. Y recordó que “de todas las veces que han abierto pozos en la esquina la peor fue hace unos dos años. Estaban arreglando las cloacas y el olor insoportable salió durante meses”.
Los que más sufren al cruzar la calle cuando está cortada son los alumnos del Colegio Parroquial. Ellos salen de la escuela justo al mediodía, cuando aumenta el tráfico. Y cada vez que están trabajando y la esquina está delimitada con una tela negra, tienen que mirar con atención antes de dar el primer paso para pasar de la vereda a la calle.
Según comentaron desde OSSE, la esquina es complicada porque ahí se unen 5 cañerías de agua y cloacas, que en los últimos años han estado siendo reparadas o cambiadas. “No sé con exactitud cuántas veces hemos tenido que trabajar en esa esquina. Pero sabemos que la gente de la zona ha tenido que sufrir muchos inconvenientes”, comentó el gerente de OSSE, José Fontiveros. Y agregó que “no hemos tenido muchas complicaciones con el trabajo. Lo que pasa es que hemos hecho muchas mejoras en las redes”.
Fontiveros explicó que lo que hicieron ahora es una cámara de hormigón para el empalme de las nuevas cañerías de agua, que fueron cambiadas desde Libertador y el callejón Gómez hacia el este. “A veces la gente habla en virtud del desconocimiento. Sabemos que los vecinos están molestos, pero lo que hicimos ahora no se podría haber hecho en otras oportunidades en las que se abrió el asfalto, como cuando se arregló la Libertador”, explicó Fontiveros. Y dijo que “ya estamos colocando el asfalto -ayer mismo se veía a los operarios haciendo este trabajo- y en los próximos días la calle quedará habilitada. Hemos tomado todos los recaudos para no tener que abrir más. Pero nunca se sabe, todo puede fallar. Esperamos que Dios nos ayude para que no tengamos que abrir otra vez la calle y los vecinos tengan que sufrir nuevos inconvenientes”.

