El paisaje se tornó diferente de un día para otro. Los grandes charcos de agua difíciles de sortear, dejaron el lugar a la calle seca y limpia. Los baldes con rejillas colgadas en la orilla, desaparecieron cediendo el espacio a los vehículos. Los autos, que manejados por lavacoches se movían de un lado a otro, quedaron en su lugar permitiendo un tránsito más fluido. Y, lo más llamativo: fue muy sencillo para los automovilistas encontrar un sitio para dejar su vehículo.
Todos esos cambios se observaron ayer en una sola cuadra: la de Ignacio de la Roza, entre Entre Ríos y Sarmiento. Donde, sin enfrentamientos, el lugar dejó de ser la zona más caliente en relación a la actividad de los lavacoches. Para transformarse en una de las nuevas cuadras alcanzadas por el sistema de Estacionamiento Controlado (ECO), que se extendió desde Entre Ríos hasta Catamarca y desde Libertador hasta Santa Fe (ver infografía).
La imagen de la cuadra se modificó también con la presencia policial. Los oficiales custodiaron la zona previendo algún enfrentamiento con los alrededor de 15 hombres que, hasta anteayer, cobraban ilegalmente por cuidar los autos en esa cuadra. Pero, la mañana estuvo tranquila. Los lavacoches no pusieron resistencia ante el "desalojo". "Hasta el momento no ha pasado nada. Los lavacoches estuvieron acá temprano pero se fueron sin problemas. Ellos ya sabían que a partir de hoy no podían estar acá", comentó uno de los oficiales de la Motorizada Número 2.
Durante toda la mañana se vieron caras de aprobación para el ECO. "Me parece muy bien que hayan sacado a los lavacoches. Acá no se podía ni pasar ni bajar del auto, eran pantanos los que habían", comentó Miguel Luna, un hombre que regularmente estaciona en la zona. El automovilista destacó también la facilidad con la que encontró un espacio para dejar su auto. Es que antes la calle estaba repleta de vehículos, que inclusive estacionaban en doble fila y eran acomodados más tarde por los cuidacoches. En cambio, ayer, hubo boxes desocupados toda la mañana y el tránsito vehicular estuvo mucho más fluido.
Mientras tanto, una de las confiterías de la cuadra estaba llena de gente tomando café. Y era este tema era el comentario de todos: "Este sistema es mejor. Hay más lugar para que los clientes puedan estacionar. Antes la gente que trabaja en las reparticiones públicas ocupaba el espacio toda la mañana y no dejaba lugar para que estacione la gente que viene acá", comentó Carlos Ponce, dueño de la confitería.
Así, sin problemas y con conductores conformes, pasó la primera mañana desde que comenzó a funcionar el ECO en la antigua cuadra por excelencia de los lavacoches.

