Cuando recibían el rosario milagroso, los familiares de las personas que ingresaban a la Terapia Intensiva del Hospital Rawson rezaban con él mientras esperaban la evolución de los internados. Cuando éstos mejoraban se lo pasaban a otras personas con la esperanza que los milagros continuaran. Ahora, el rosario desapareció y, en su lugar, circula ahora en la terapia una pequeña cruz a la que aún no le atribuyen ningún milagro pero lo mismo la usan como símbolo de fe. “Hace tiempo veo que las familias la ponen en las manos de los pacientes”, comentó una de las enfermeras del área de cuidados intensivos. En estos momentos, la que tiene en su poder la crucecita es una de sus compañeras de trabajo, Yanina Lucero. Ella está internada desde el 1 de mayo pasado, cuando la moto en la que iba chocó con otra y quedó en estado delicado. Por eso, sus compañeras más religiosas piden que el rosario vuelva a la terapia.