Con la cosecha del tomate para industria encima, prevista para comenzar en la tercera semana de diciembre, los productores están preocupados porque el ingreso de las máquinas cosechadoras viene demorado. Y si finalmente no pueden ingresar a San Juan las 8 que faltan para completar el parque necesario, porque las traen de Brasil, harán falta unos 500 cosechadores extra, que no saben de dónde los van a sacar porque falta mano de obra. El motivo de esta situación es porque en épocas de pandemia, como las actuales, se deben cumplir engorrosos trámites para cruzar primero la frontera entre Argentina y el vecino país, y después para atravesar las distintas provincias hasta llegar a San Juan, que es líder en rendimientos en el país de este producto.

El primero en expresar su preocupación fue Sergio Mena, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas. "No es fácil traer las máquinas en condiciones normales, pero ahora se ha complicado por la pandemia", dijo el dirigente. Y agregó que "si no llegan va a ser una catástrofe".

El panorama se complica porque esta temporada se estima que hay más tomate cultivado que la anterior, cuando se sembraron unas 1.900 hectáreas, mientras que este año se calculan que hay unas 2.800 hectáreas.

Según fuentes del sector, en manos de los productores locales hay unas 10 cosechadoras y otras 5 están en manos de las empresas que alquilan el servicio a cambio de un pago por tonelada de tomate cosechado. Pero, para alcanzar el número necesario, harían falta otras 8 que, en su mayoría, provienen de Brasil, y que trabajan en contraestación. Y cada una viene con su operador y personal auxiliar, entre ellos los mecánicos por cualquier desperfecto que se pueda presentar porque un día que la máquina está parada, es dinero que se pierde y nadie está dispuesto a malgastar el esfuerzo.

Un tradicional productor pocitano de tomate, José Luis Martín, dijo que "sin duda la demora en la llegada de las máquinas va a ser preocupante". Y es porque agregó que "es difícil conseguir trabajadores dispuestos a la cosecha y de otras provincias va a costar que ingresen y menos de Bolivia, como ocurría años atrás".

Sergio Muñoz, director de Tech Agro, una empresa establecida en Pocito y dedicada a la cosecha mecanizada del tomate, explicó que confían en que van a poder ingresar a San Juan las máquinas necesarias para levantar toda la cosecha. "Esta temporada va a ser todo un desafío la cosecha para todos los que estamos en la actividad del tomate", dijo el directivo, que también trabaja en Catamarca, La Rioja, Mendoza y Río Negro.

La cosecha del tomate está previsto que comience en la tercera semana de diciembre y se prolonga hasta mediados de abril, cuando se levanta al tomate tardío. El problema es que cuando el producto tiene la madurez necesaria para ingresar a las fábricas, hay que cosecharlo y no puede esperar porque después se puede deteriorar.

Según comentan en el sector, el 40% del tomate que produce San Juan se procesa en fábricas de Mendoza. Y de lo que queda, casi el 99% lo elabora Arcor y el resto se reparte en otras fábricas, que incluso adelantan dinero a los productores para la siembra.

Pago

88  Son los centavos que se pagaron la temporada pasada por kilo recolectado de tomate para industria con las cosechadoras.

Inversión

Las máquinas cosechadoras de tomate tienen un altísimo costo en el mercado. Se calcula que cada una puede llegar a valer unos 370.000 dólares. Por eso es que muchos productores acuden al alquiler porque ni aun asociándose con otros podrían llegar a comprar una.

 

Volúmenes. San Juan tiene los mejores rendimientos del país, por la especialización alcanzada por los productores.

 

  • Polo productivo

San Juan es un polo productivo tomatero por excelencia: los rendimientos por hectárea del tomate son los más importantes de la Argentina, ya que pueden llegar a superar los 100.000 kilos por hectárea. Sin embargo, sólo entre el 60% y 70% de la producción es procesado en la provincia, principalmente en la fábrica de Arcor (ex La Campagnola).

En la última temporada se plantaron unas 1.900 hectáreas y para este año se estima que pueden llegar a las 2.800 hectáreas. Incluso en el Gobierno provincial tienen en carpeta la construcción de una planta procesadora, lo que permitiría incluso ampliar la superficie cultivada.