Abrigados hasta las orejas, permanecen parados en dos grupos, en el lado Norte y el Sur de la cancha. Pero cuando los primeros acordes rápidos del Himno Nacional comienzan a sonar corren siguiendo las indicaciones de la coach. Cada vez que ensayan, los 268 bailarines esperan y aprovechan ese momento para entrar en calor antes de seguir pasando la coreografía de 6 minutos realizada sobre la canción patria. Esa puesta que presentarán el próximo 8 de agosto en el Estadio del Bicentenario, minutos antes de que Boca y Racing se enfrenten por el título de la Copa Argentina. Es que, mientras ensayan parecen estar en una heladera, ya que las prácticas se realizan de 21 a 23, en medio del estadio abierto.

Para los bailarines sentir temperaturas tan bajas mientras practican es una experiencia nueva. Es que la mayoría ensayó para bailar en la Fiesta del Sol, pero ese evento se realiza en el verano. “Hemos pasado noches terribles. Pero no podemos juntarnos de día, la mayoría de los chicos estudia o trabaja”, comentó la directora de la puesta, Irene Ferreyra. Quizá por eso, durante la primera noche de ensayo allí, el 23 de julio pasado, los chicos llegaron vestidos con pantalones livianos y algún que otro bucito. Pero, después de esa prueba de fuego, ensayan con camperas de abrigo, pantalones gruesos, guantes, gorros, bufandas y todo lo que pueden echarse encima.

En esas condiciones, los momentos rápidos de la coreo son bienvenidos. Eso sucede varias veces, mientras suena el Himno. En el inicio de la canción patria se oye una fusión con folclore, al son de la guitarra y el bombo, y después la fusión muta al tango. Mientras, los artistas interpretan el sonido mostrando pasos relacionados con cada danza, vibra la voz de Daniel Ahún. De golpe, aparece una segunda voz, repleta de dulzura, es Rocío García, hija del autor de la música Rolando García Gómez, quien entona un sentido: “Al gran pueblo argentino salud”.

El canto avanza y las figuras que representan los bailarines cambian. Primero se observan 2 rombos que, luego, pasan a ser cuadrados. Y después se transforman en 2 copas y una botella en el centro, aludiendo al nombre del torneo, al vino local y al de todo el país, que es la Bebida Nacional. En ese momento, salen a la cancha dos grupos pequeños de personas que sostienen banderas con los colores de los equipos que se disputan el trofeo.

Los chicos pasan la coreografía una y otra vez. Y se preparan para el último ensayo que realizará esta noche, en el mismísimo Estadio del Bicentenario, donde deberán brillar el próximo miércoles y lucirse ante cámaras de todo el país.