A partir de observar un ‘rayo’ que partía desde la Luna hacia nuestro planeta, comenzó una investigación científica que tuvo tuvo participación de uno de los instrumentos instalados en el observatorio CASLEO, en la Pampa El Leoncito para llegar a su respuesta.
En un artículo publicado en el periódico New York Times, describe que la Luna, que carece de una atmósfera que la proteja, está constantemente bajo ataque de meteoritos. Cuando éstos bombardean su superficie volcánica, los átomos de sodio son eyectados a grandes alturas, quedando así a merced del viento solar que los arrastra en sentido contrario al Sol, creando una estructura en forma de cola extendida.
Para llegar al descubrimiento fue fundamental el papal que cumplió la All-Sky-Imaging Camera instalada por la Universidad de Boston en el Observatorio Astronómico El Leoncito (CASLEO), que tomó 21.000 imágenes de la Luna entre 2006 y 2019.
"Hace que la Luna parezca un cometa", dijo Jeffrey Baumgardner, científico del Centro de Física Espacial de la Universidad de Boston y lider del equipo que realizó este estudio, -que incluye al científico argentino Carlos Martinis-. Y agregó: "Hay un flujo de materia que se desprende de ella".
Durante unos días de cada mes, cuando la Luna Nueva orbita entre la Tierra y el Sol, esta cola parecida a la de un cometa, empolva el lado de nuestro mundo que mira hacia el Sol. La gravedad de nuestro planeta “aprieta” esa corriente de sodio, estrechándola en un rayo invisible a simple vista, que envuelve a la atmósfera de la Tierra y se dispara al espacio desde el lado opuesto de nuestro planeta.
Este rayo de Luna se puede ver con cámaras especiales como un punto en el cielo crepuscular. A veces parece más brillante, a veces más tenue. Desde que se vieron por primera vez la cola y su rayo a fines de la década de 1990, los científicos se han estado preguntando qué controla el brillo del rayo. Como se informó el miércoles en un estudio publicado en el Journal of Geophysical Research: Planets, 14 años de observaciones sugieren que los meteoritos, particularmente los más grandes y veloces que bombardean la Luna al azar, pueden explicar qué controla su parpadeo.
“¿Tiene esto una aplicación práctica? Probablemente no", dijo Baumgardner. Esta investigación fue impulsada nada más que por curiosidad, dijo, un deseo de simplemente aprender más sobre esa hermosa perla volcánica en el cielo y su desconcertante rayo de Luna. "Creo que es muy bueno", dijo Sarah Luettgen, estudiante de la Universidad de Boston y coautora del estudio. "Casi parece algo mágico", agregó.
La Universidad de Boston ha instalado varias cámaras de imágenes de todo el cielo (All-Sky-Imaging cameras), -esencialmente lentes tipo “ojo de pescado” que ven todo el cielo visible- alrededor del mundo. Diseñadas originalmente para detectar auroras, pueden ver el sodio en la atmósfera de la Tierra con un filtro. Comúnmente lo observan cuando los meteoritos se queman antes de llegar a la superficie terrestre.