Fue triunfo de todos. Fue triunfo del grupo y la solvencia de un equipo en el que las individualidades son claves, pero el juego en conjunto fundamental. Anoche todos cumplieron y cuando a alguno algo le salió mal, siempre tuvo un algún compañero el aliento para no caerse.

Unión de grupo. Lo que hace falta para superar estas etapas y perfilarse como los firmes candidatos a quedarse con la serie.

Anoche Diego Bonini estuvo intratable y no lo pudieron frenar. Olteanu apareció en los momentos claves y no erró. Mientras que Mitrovic fue la alternativa perfecta para tener siempre dominio en la red. Sin olvidarse del trabajo de Gustavo Molina y Junior en ataque y bloqueo. Más el cerebro que representa Demián González con su distribución y Sebastián Garrocq para darle seguridad al resto.