Las ruinas de Machu Picchu reciben 200.000 turistas, aventureros y místicos por año. Lo que las hace tan atractivas es su misterio, cimentado en el hecho de que haya perdurado durante cuatro siglos oculta a los colonizadores españoles y a los propios peruanos, cuando se encuentra a 2.700 metros de altura. Aún hoy los arqueólogos no se ponen de acuerdo acerca de cuál era su finalidad. Algunos apuntan que su construcción se debió a la necesidad de contar con una fortaleza oculta que les permitiera enfrentarse con los españoles; hay quien afirma que Manco Capac II lo utilizó como refugio. Otros lo han calificado como una ciudad de sacerdotisas a causa de los restos que se han hallado, casi exclusivamente de mujeres. Lo cierto es que sus templos, nichos, viviendas, su observatorio solar y todo el complejo de Machu Picchu, con sus grandes escalinatas y extensas explanadas, siguen desafiando al tiempo desde su majestuoso emplazamiento y constituyen una palpable realidad.