La cabalgata avanzó más lento de lo pensado. No sólo porque se hizo a paso de hombre para evitar que los caballos resbalaran en el asfalto y los chicos protagonizaran algún accidente. Es que la gente que se agolpó a orilla de la calle para ver su paso, mientras le pedía a los pequeños jinetes que detuvieran la marcha para poder hacerles fotos. Esto sucedió ayer durante la primera cabalgata infantil que organizó la Federación Gaucha Sanjuanina para festejar el Día del Niño, y que se realizó por las calles de la ciudad. Unos 300 pequeños participaron de este evento tradicionalista que, a partir de ahora, se hará todos los años.

La avenida Central, frente al Municipio de la Capital, se pobló de chicos vestidos de gauchos y paisanas que, junto a los caballos y sulkys esperaron ansiosos la hora de largada. Espera que los vecinos de los edificios aledaños aprovecharon para sacar fotos a través de los vidrios de las ventanas, atraídos por el colorido de la estampa gaucha. Y no fueron los únicos que, aún sin participar de este evento, quisieron guardar un recuerdo de esta cabalgata infantil.

La gente que estaba de compras por la zona peatonal, salió hacia la avenida Rioja para fotografiar a los pequeños que se trasladaban en pony o en algún pequeño carruaje tirado por uno de estos llamativos petizos.

Algunos huéspedes del Hotel Provincial tampoco pudieron resistir la tentación de observar este evento poco común. Cuando la cabalgata pasó frente al edificio, salieron del mismo para filmar a los pequeños jinetes.

La cabalgata infantil continuó su marcha por la ciudad, cautivando a la gente. Hasta las mujeres que estaban en una peluquería céntrica se asomaron a ver a los pequeños que saludaban a los curiosos con los sombreros en alto o agitando pañuelos. Con el mismo entusiasmo, los chicos arribaron hasta la Plaza España donde los esperaba un refrigerio para comenzar con la fiesta y las sorpresas. La Federación Gaucha Sanjuanina decidió cambiar de escenario (había anunciado que la cabalgata finalizaría en la ex Estación San Martín), para contar con un lugar al que se pudiera acceder con mayor comodidad con los caballos y los carros.

El locutor encargado de dirigir el evento invitó a los chicos a formar una fila, y los pequeños acataron la propuesta aún sin conocer los motivos de la misma. Saltaron de alegría cuando se enteraron que les iban a entregar números para participar del sorteo de regalos, entre ellos, dos bicicletas todo terreno.

La fiesta cerró con un espectáculo artístico, también protagonizado por niños. En esta ocasión, los chicos que habían participado de la cabalgata le dieron rienda suelta a la diversión, bailando al ritmo de las chacareras.