Talleres de Córdoba, vaciado por un gerenciamiento en el último lustro, dilapidó su posicionamiento como grande del interior del país, forjado desde hace cuatro décadas, con un descenso al torneo Argentino A, tercera categoría del fútbol argentino.

Cinco años después de su última participación en primera, que antecedió a la quiebra institucional, el club nacido en el Barrio Jardín en 1912 tocó fondo impulsado por la administradora privada Ateliers S.A.

Justo cuarenta años después de su proyección a nivel nacional, que tuvo su pico en 1977, cuando se consagró subcampeón detrás de Independiente. La final con el club de Avellaneda quedó grabada en la memoria colectiva del fútbol argentino como la gran oportunidad perdida por los cordobeses, al empatar 2-2 de local, después de estar en ventaja 2-1 y tener tres jugadores más que el rival, finalmente campeón por los tantos marcados en condición de visitante (habían empatado 1-1 en Avellaneda).

Tras mantenerse en primera durante los ´80, Talleres sufrió su primer descenso a la B Nacional en 1993 pero a finales de la década del ´90 tendría su revancha ganando la Copa Conmebol. Aquel impulso internacional no fue aprovechado y culminó en una crisis institucional (fines de 2004) que facilitó la llegada del gerenciamiento, ya tristemente célebre en la Argentina después de las malas experiencias en Racing, Deportivo Mandiyú de Corrientes y Quilmes, entre otros clubes.