La partida de la cabalgata se demoró una media hora. Es que ningún gaucho quiso salir sin antes atar a su sombrero una cinta celeste y blanca o colgar de su caballo o carro un manojo de globos de colores patrios. Colores que también se reflejaron durante todo el trayecto hasta Caucete, y a la vera del camino. La gente que se agolpó en las calles para ver el paso del gauchaje concurrió con banderas, camisetas y sombreros albicelestes para demostrar su apoyo a los jinetes y su sentir nacional. Todo esto se vivió ayer durante la partida de la Cabalgata de la Fe que hoy a las 13.30 llegará a la Difunta Correa.

El sentimiento patrio, además, se manifestó de diferentes maneras durante la cabalgata. Los gauchos de las distintas agrupaciones locales y de provincias que participaron de la travesía tomaron mate sin detener la marcha, con las sopaipillas que la gente les ofreció al paso.

Según la Federación Gaucha Sanjuanina este año hubo unos 400 jinetes más que en la edición anterior.

Lentamente los gauchos se fueron encolumnando para dar inicio a la cabalgata, formando una postal de auténtica argentinidad. Si hasta los jinetes chilenos y los chicos de más de nueve países extranjeros que están de intercambio cultural en la provincia, agitaron banderas albicelestes para despedir a la caravana, y gritaron un "¡viva!" con todas sus fuerzas después de que el gobernador Gioja gritara "¡viva la Patria!".

Con mucho cuidado y haciendo malabares, Alexis, de 11 años, pasó por entre los caballos con su bicicleta. Quiso alcanzar a una de las chicas que repartían cintas celestes y blancas para adornar el cesto repleto de pan casero que tenía a la venta. No lo consiguió. Cuando llegó a la chica, las cintas se habían terminado. Pero tuvo suerte para hacer negocios. Algunas de las personas que acompañaron a los gauchos de Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires, Corrientes, Santa Cruz, Chubut, La Rioja, Mar del Plata, Salta, Neuquén y Misiones le compraron pan.

Según miembros de la Federación Gaucha Sanjuanina, este año hay unos 4.000 jinetes participando en la Cabalgata de la Fe, mientras que en el 2009 habían sido alrededor de 3.600 gauchos. Esta importante convocatoria, más allá de demostrar que el evento está tomando trascendencia en todo el país y en naciones vecinas, acrecentó el problema de la falta de caballos para participar del mismo, sobre todo si se viene de afuera. Varios jinetes tuvieron que hacer el trayecto a bordo de sus camionetas a pesar de que el presidente de la Confederación Gaucha Argentina, Adolfo Caballero, pidiera una gauchada. Durante su saludo protocolar, antes de la partida de la caravana, dijo que iba a prestar su caballo para que otro jinete pudiera cabalgar aunque sea por un rato y no se fuera de San Juan sin haber participado de la cabalgata, e instó a los demás gauchos a hacer lo mismo.