A punto de cumplir 80 años de haber sido colocada en la plaza principal de Pocito, la Estatua de la Libertad es el monumento que más atrae a los turistas. Sobre todo desde que ese espacio verde fue remodelado y aprovecharon la oportunidad para restaurar la escultura, reubicarla y elevar la altura de su pedestal. Llama la atención porque es una réplica más pequeña de la estatua que se encuentra en Nueva York. Pero la historia de su llegada a este país también genera curiosidad porque existen al menos dos versiones encontradas. Todo esto hizo que la estatua fuera admirada por los visitantes que llegan al departamento y que desde el municipio decidieran incluir este lugar dentro de los tours que organizan para recorrer bodegas o emprendimientos agrícolas.

Doce veces más pequeña que la que se encuentra en Estados Unidos, no deja de llamar la atención, por lo que esta escultura forma parte de los escenarios más buscados a la hora de realizar una fotografía. El próximo 9 de julio se cumplirá 80 años desde que la estatua fue colocada en esa plaza. En todo ese tiempo, lo que no pudo determinarse con certeza fue por qué llegó hasta esta provincia. Lo que sí se sabe es que fue creada por el mismo artista que hizo la estatua que está en Nueva York, Federico Barthoidi. Según Simón Peña, que se encargó de recopilar la historia pocitana, a principios del siglo XX, la Unión Francoamericana de Comercio, estimulada por los acuerdos mercantiles con Argentina, mandó como regalo una réplica de la Estatua de la Libertad que habían colocado unos años antes en Estados Unidos. La idea original, según Peña, fue colocarla en Buenos Aires para el centenario de la Revolución de Mayo. Pero hubo tantos festejos y desorganización en las actividades, que se olvidaron de colocarla y quedó guardada en un depósito portuario. Existen versiones que afirman que de ahí, la estatua fue enviada hacia la provincia de San Juan, sin razón aparente, pero también están los que afirman que Federico Cantoni la hizo traer. Lo cierto es que primero se la colocó en el incipiente Parque de Mayo. Ocho años más tarde se la sacó de allí y se la volvió a guardar en un depósito. Recién en 1931 la estatua fue instalada en la Villa Aberastain, Pocito, después de las gestiones que realizó un secretario municipal. La otra versión de su llegada a la provincia afirma que contar con esta obra escultórica fue debido a un error, ya que la estatua tenía como destino San Juan de Puerto Rico, pero se confundieron en el envío y llegó a esta provincia, para ser colocada luego en el Parque de Mayo.