Siete meses antes de que muriera electrocutado un alumno en Agrimensura de la UNSJ, el director de ese departamento, Hernán Alvis Rojas, había pedido mediante un expediente que arreglaran toda la instalación eléctrica, dado que representaba un peligro mortal. Pero la respuesta del decano de la Facultad de Ingeniería, según Alvis Rojas, fue que no había plata para hacerlo. Así lo reveló DIARIO DE CUYO, y el rector de la UNSJ, Benjamín Kuchen, dijo ayer que él mismo "no sabía con precisión cómo estaban los cables, cuál era la condición de la red eléctrica en el lugar". Y agregó que, con respecto al pedido de arreglar todo, a sus manos "nunca llegó una petición tan específica".
"No conocía este pedido puntual. Sabía de problemas en general, pero yo no estaba al tanto de que el sistema eléctrico de Agrimensura estaba colapsado", dijo Kuchen. La polémica surgió cuando, hace tres días, este diario reveló la existencia del expediente iniciado el 3 de agosto de 2009, tras realizarse en el departamento de Agrimensura un relevamiento en las instalaciones eléctricas. La primera respuesta oficial que recibió desde el Decanato de Ingeniería, según Alvis Rojas, fue que no había presupuesto. El expediente luego fue archivado y no se hizo nada para encarar reparaciones en esa repartición de la facultad. En marzo pasado, el mal estado de las instalaciones dio como resultado la muerte del alumno Fernando Reinoso.
El tablero que Rojas pidió que repararan el año pasado fue lo primero que se clausuró por orden de la Justicia luego de la muerte del estudiante, en marzo pasado. Esto es porque el sistema no tenía disyuntores, además presentaba riesgo de incendio con peligro de electrocución, según el informe que elaboró Bomberos. Después de esto, el rector Kuchen ordenó el cese de las actividades en toda la universidad, hasta tanto no repararan las instalaciones que estaban en mal estado. Y actualmente, algunas dependencias todavía no retoman las actividades normales.
Hasta el momento, la UNSJ lleva gastados 2,5 millones de pesos en la refacción del sistema eléctrico de todas las dependencias de la casa de estudios. Es decir, casi la misma cantidad que lo que se gastó para reparar por completo los cuatro pisos del Rectorado que se incendió en el 2004. Los fondos que se están usando para esto son de la universidad. Pero, según Kuchen, usar esa plata no afecta ningún punto sensible de gastos o inversiones adentro de la universidad, aún cuando no haya estado previsto. "Tuvimos que usar este dinero porque se trata de una emergencia. Pero la reubicación de los fondos no afecta otra obra dentro de la universidad. Por lo general hay reservas que pueden ser gastadas para urgencias. De todos modos, ya estamos haciendo las gestiones para ver si, a través de la Nación, podemos recuperar este dinero", aseguró Kuchen.
