Mauricio Barceló – Un encuentro doble
Los mellizos Santos y Paulina tienen 2 años. Su papá, Mauricio Barceló, esperaba que nacieran justo para su cumpleaños, pero se adelantaron. Para que el padre no se decepcionara, el médico le ofreció lo que hoy Mauricio califica como una de las mejores cosas que le pasó: entrar a ver a sus hijos en el instante en el que salían de la panza.
El padre, de profesión Farmacéutico, no sólo esperó a sus hijos durante los 7 meses de gestación. Es que él y su esposa intentaban tener un bebé pero no podían. Entonces, se sometieron a un tratamiento de fertilización asistida. ‘Desde que supe que los íbamos a tener quise estar con ellos cuando nacieran. Ver una operación es fuerte, pero prioricé compartir el milagro de la vida. Estuve sobre el vientre de mi mujer todo el tiempo’, cuenta el papá. Y relata que ‘de golpe, me dijeron: ¡Mirá! Y vi una colita, era Paulina. Se te caen las lágrimas en ese momento. Los médicos la sacaron y me la dieron. Después vi la cabeza de Santos. Entre el nacimiento de ambos pasó sólo 1 minuto’.
Hoy, Mauricio mira a sus hijos y parece imaginarlos tal como cuando los conoció. ‘Me entraban en la mano’, recuerda. Y asegura que ‘haberlos visto nacer no tiene precio’.
Luciano Pocrnjic – Con todo a su favor
�Él soñaba con ese momento, pero se tenían que dar muchas cosas para que pudiera cumplirlo. Y lo logró. Justo cuando Valentino (quien hoy tiene casi 3 meses) decidió llegar el mundo era día de semana, su papá estaba en la provincia, no tenía partido y le permitieron faltar al entrenamiento. Gracias a eso, Luciano Pocrnjic, quien es arquero de San Martín, estuvo junto a su esposa mientras nació su bebé y compartió con él un momento único.
‘Estaba feliz por estar ahí, pero Valentino se demoró en nacer y logró ponerme nervioso. Como todo se hizo más largo de lo esperado me hicieron salir. Volví a la sala de partos sólo 5 minutos después y lo vi. Todavía no me puedo borrar la imagen de él desnudito, llorando mientras lo sostenía la enfermera‘, cuenta Luciano mientras sostiene a su bebé.
Él tuvo la oportunidad de acompañar a su hijo mientras lo bañaban, lo cambiaban y le ponían la vacuna, algo que es poco común. Aunque confiesa que aún en ese momento no caía: ‘Me di cuenta de lo que estaba viviendo recién cuando me quedé sólo con él, lo tuve en los brazos y lo escuché llorar. Fue muy emocionante. Después de eso, lo llevé con la mamá‘, relata el flamante papá.
Nelson Ponce – De papá para mamá
Durante los 9 meses en los que Milena estuvo en la panza, Nelson Ponce, su papá, se dedicó a acompañarla, a hablarle y hasta a ponerle música cerca mientras su mujer dormía. No quedaba otra, tenía que compartir con ellas dos el momento del nacimiento. Y cuando lo logró hasta se encargó de entregarle la bebé a su mamá.
‘Cuando nació Milena -que hoy tiene 2 años- vivíamos en Córdoba y mi esposa era instrumentista de la clínica en la que le hicieron la cesárea, por eso pude entrar‘, dice Nelson que se confiesa completamente impresionable ante una gota de sangre. Sin embargo, el vendedor de seguros, tuvo la fortaleza necesaria para estar con su esposa y tranquilizarla, aunque confiesa que él estaba más nervioso que ella.
Si bien no vio la intervención, se acercó cuando oyó el llanto tranquilo de su hija. Después abrió sus brazos y la sostuvo por primera vez. ‘Quería que ese momento fuera de nosotros tres. Por eso, le pedí al médico que me dejara entregársela a su mamá. Fue hermoso‘, recuerda Nelson y muestra la foto que guarda como un tesoro, en la que se ve con el uniforme quirúrgico sosteniendo a Milena cerca de su cara.
Juan Cavallero – Inesperado e inolvidable
‘¡Cambiate que entrás!‘, le dijo el médico a Juan Cavallero. De golpe, se encontró frente a su esposa preparada para dar a luz.
Todo había sido tan rápido que no se había dado cuenta de lo iba a vivir. Pero, no había vuelta atrás. Entonces, se paró detrás de ella y le dio fuerzas, a pesar de que las piernas le temblaban tanto que luchaba para no caerse. Sin embargo, todo el miedo se esfumó cuando vio a Juan Pablo por primera vez.
Juan habla con su hijo (que ya tiene 3 años) en los brazos y cuenta que ‘ni siquiera me había planteado la idea de entrar a la sala de partos. Lo que pasa es que fue todo muy inesperado.
Nosotros íbamos a un control más, pero nos enteramos de que el bebé iba a nacer‘.
Si bien Juan Pablo demoró sólo unos minutos en nacer, su papá dice él tuvo la sensación de haber estado 3 días tomado de la mano de su mujer y diciéndole: ‘¡Dale, negra!‘. ‘Imaginate yo soy vendedor industrial, cuando vi el parto me sentía en otro mundo‘, explica. Pero agrega que ‘después vi a mi hijo y se me paró el mundo, se me pasó el miedo. Por eso, sin dudas, si tuviera la oportunidad lo volvería hacer‘.

