La ciencia alrededor del mundo intenta buscar herramientas que, a la espera de las vacunas, permitan contener el efecto del coronavirus en las personas. Con el tiempo como enemigo, los ensayos se realizan con la idea de hacerse de pruebas que permitan saber la eficacia de cada uno de ellos. Una de las últimas vedette por estos lares del planeta es la ivermectina, un fármaco barato de uso original veterinario y que desde hace tiempo se aplica en humanos para distintas afecciones. Una de las ventajas que ha mostrado es que reduce la carga viral en pacientes con Covid-19.
La semana anterior, la propia ministra de Salud de la provincia, Alejandra Venerando, confirmó a este diario que San Juan buscará sumarse a las pruebas con este fármaco, al igual que con la colchicina (un medicamento para tratar la gota) y el ibuprofeno inhalado, este último tiene en su haber mayor prueba científica para su aplicación.
DIARIO DE CUYO participó este lunes de una charla a través de la plataforma Zoom con el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Roberto Salvarezza; el director del Centro de Investigaciones Veterinarias de Tandil (Civetan), Carlos Lanusse, y el director del proyecto consorcio público-privado liderado por el del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Sede regional Orán de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), Alejandro Krolewiecki.
Éste último es el que echó a andar una serie de ensayos cuyos resultados la colocan como una potencial terapia contra el Covid-19, tanto de forma preventiva y como también para un estadio temprano de la enfermedad.
“En el ensayo partimos de la premisa de utilizar el fármaco en la parte temprana de la enfermedad, dentro de los primeros 5 días”, apuntó Lanusse; y agregó que “lo que buscamos en la etapa temprana es buscar una baja en la carga viral”.
En la Argentina la prueba fue sobre 45 pacientes con coronavirus y se pudo evidenciar el potente efecto antiviral de este fármaco, dando muestras acabadas de cómo frenó la replicación viral. Y lo más importante: es el primer estudio en todo el mundo donde se pudo estudiar de manera concluyente la conducta de las personas que recibieron la ivermectina y de los que no la recibieron. Es decir, se puso blanco sobre negro sobre qué produce en los contagiados.
La administración de ivermectina humana a dosis de 0,6 miligramos por kilo de peso (el triple de lo usado habitualmente) produce la eliminación más rápida y profunda del virus cuando se inicia el tratamiento en etapas tempranas de la infección.
“En este estudio nos apoyamos en experiencia previa en nuestro país y otros”, apuntó Krolewiecki. Pero lo entregado por los ensayos es la primera etapa, resta un camino por recorrer que permita darle certeza a los investigadores: “Tiene que completar varios pasos que tienen que ver con seguridad y eficacia, lo que tiene que ver con eficacia que tiene que ver con efectos virológicos”, detalló Krolewiecki.
La prueba en 45 pacientes es una muestra, el próximo paso sería hacerlo –según los especialistas- “sobre 400 o 500 personas” de forma placebo-compasiva. Todavía no hay evidencia sobre posibles efectos adversos y si es apto en el caso de pacientes con comorbilidades previas. La aprobación por parte de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) es el paso definitivo, aquel que le daría luz verde.
El Estado nacional, con un apoyo real en la investigación, tiene sumo interés en lo que arrojen los resultados. “Es un fármaco de costo relativamente bajo, había despertado mucho interés desde aquella publicación de los australianos (pruebas hechas allá por abril), por esos la importancia de la conformación de un consorcio público-privado para estudiar este medicamento”, resaltó Salvarezza.