El viaje del actual campeón Sudamericano, Sada Cruzeiro, fue una verdadera odisea que demandó 32 horas, por problemas en su vuelo. Fue recién ayer a las 9 de la mañana que el conjunto brasileño pudo instalarse en el hotel Provincial.
Primero, la lluvia y la niebla obligaron a cancelar los vuelos en el aeropuerto de Confins, mientras que una vez que pudieron llegar a su escala de Río de Janeiro, el plantel tuvo que resignarse a seguir esperando por los retrasos en los vuelos de conexión.
El entrenador del equipo de Belo Horizonte, el argentino Marcelo Méndez, minimizó el percance. “Vinimos a salir campeones y esto que pasó fue un imprevisto que ya superamos”.
