Partiendo de la base de que “todo es mecánico” -lo que se explica desde la lógica de que es la parte de la física que estudia el movimiento de los cuerpos, las fuerzas que generan esos movimientos y el origen de esas fuerzas- un plantel de al menos 30 investigadores (entre ellos ingenieros mecánicos y electromecánicos en su mayoría, pero también hay integrados ingenieros químicos e industriales, arquitectos, odontólogos, técnicos en distintas ramas) tiene mucho que aportar a las necesidades humanas. Al menos para mejorar la calidad de vida.

Ellos conviven a diario en el Instituto de Mecánica Aplicada de la UNSJ, uno de los estamentos de la Facultad de Ingeniería más reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, al punto que reciben pedidos de asesoramiento o requerimiento de soluciones de todas partes del planeta. Este instituto funciona desde hace cerca de 40 años y desde hace 23, es dirigido por el doctor ingeniero Francisco Alba Juez.

“Para la mayoría, la Ingeniería Mecánica se reduce a un señor con un mameluco engrasado y una llave inglesa en su mano. Eso no tiene nada que ver con nuestro accionar. La mecánica estudia el movimiento de los cuerpos y como todo lo que nos rodea está en movimiento, incluso aunque parezca quieto porque está formado por átomos que están en movimiento, todo es mecánico. Y si hay algo en movimiento es porque las fuerzas lo hacen mover. Es una de las ramas de la física más complejas por eso trabajamos interdisciplinariamente. Entonces ese señor que arregla un motor de automóvil es apenas un ejemplito de lo que es la mecánica”, dice con fundamento Alba Juez.

Sus palabras son el argumento perfecto para explicar por qué entre turbinas de aviones y helicópteros, motores de autos y tractores, robots y computadoras, desde este rinconcito de la Universidad se busca resolver problemas cotidianos e inclusive desafiar los límites del conocimiento y la tecnología. Y más de una vez, lo han logrado y con creces. Como aquella vez que en 1997, descubrieron un fenómeno físico inexistente hasta ese momento. Fue el doctor ingeniero Manuel Sánchez quien le aportó a la humanidad toda lo que en la jerga se llama “inversión de los radientes de temperatura en un intercambiador de tubo y placa”.

“Lo descubrió simulando numéricamente el comportamiento de un intercambiador de tubo y placa de calor, como puede ser un radiador de un auto, por ejemplo. En ese entonces se armó un revuelo terrible porque se transgredieron todos los principios de la física y la termodinamia. Hoy se aplica y llegó a aumentar la eficiencia de intercambiador. Eso nos valió por supuesto reconocimientos mundiales, sobre todo de los alemanes que fueron quienes lo corroboraron”, agrega con orgullo el director.

¿Cómo se explica el fenómeno? Un ejemplo cotidiano sirve para resumir sencillamente la teoría. Hasta ese momento sólo tenía validez la propuesta que sostiene que el flujo de calor va siempre de la fuente caliente a la fuente fría, como cuando se abre la puerta de la casa y quien está dentro pide que se cierre para que no entre frío. “En realidad no entra frío sino que sale calor. Si hay inversión de los gradientes quiere decir que va de la fuente fría a la caliente. Eso es lo que se descubrió desde nuestro instituto”, argumenta.

Actualmente en este instituto de investigación se está trabajando paralelamente en varios proyectos. Sólo por citar algunos basta con nombrar el sistema de posicionamiento para corner reflector mediante un manipulador robótico paralelo (lo que se traduce en el lenguaje cotidiano en un elemento que se utiliza para el seguimiento de satélites) a pedido de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales ó el diseño y construcción de una máquina que simula la masticación y permite determinar por qué se quiebran los tornillos de los implantes dentales. Este trabajo fue solicitado por un odontólogo sanjuanino radicado en España que quería llegar a desentrañar este problema que causa muchos dolores de cabeza a los dentistas. Hoy por hoy, la investigación ya tuvo una respuesta y hay por lo menos media decena de colegas odontólogos que les piden consultar sobre los materiales a utilizar, si conviene tal o cuál titanio.

También están empecinados en la adecuación de un motor diesel-GNC para encender con biodiesel a base de soja, toda una novedad en estos tiempos. “Queríamos ver ventajas e inconvenientes del uso de biodiesel. Estamos haciendo ensayos y hemos logrado obtener buenos funcionamientos con el biodiesel para encender la mezcla de GNC, es más tiene el mismo o mejor desempeño que el diesel, inclusive más suavidad por lo que puede ser interesante. Esto incentiva a las plantas de biodiesel´´, explica el ingeniero Andrés Barbieri, responsable de este proyecto que sirve para co-generar energía eléctrica para motores de uso agrícola o agroindustrial. Además están ocupados en lograr un software para predecir la dureza de piezas de acero templado y revenido, algo fundamental para la industria metalúrgica y en terminar el relevamiento del mapa eólico de la provincia de San Juan. “Queremos obtener con precisión el dato de todos los lugares de San Juan que tiene calidad de vientos y sus características para saber si tenemos zonas aptas para la generación eólica. Ya llevamos 6 años con esta investigación, además ya hicimos otra sobre generadores eólicos´´, indica Alba Juez.

A su vez, por sus antecedentes y su capacidad operativa, el instituto fue seleccionado -junto a otras universidades del país- para hacer las auditorías de seguridad en el transporte y almacenamiento de combustible en todo el territorio argentino. Ese mandato dictaminado por la Secretaría de Energía de la Nación -dependiente del Ministerio de Planificación y Servicios- entró en vigencia hace dos años y no tiene fecha de finalización.

“Es una gran responsabilidad pero da enormes satisfacciones este trabajo. Nosotros nos ocupamos de verificar que los camiones-tanque que llevan combustibles estén en condiciones, que no hayan pérdidas, que no tengan fisuras,

lo mismo con otro tipo de equipamientos tanto en las estaciones de servicio y sus alrededores como también en las petroleras. En estos casos hacemos ensayos de materiales y de ultrasonido, controles de superficie y de seguridad. Así nos encontramos trabajando para empresas de la talla de YPF y Petrobrás, en sedes desde Tierra del Fuego, Bahía Blanca, Salta, San Juan, Neuquén, Buenos Aires, sólo por citar algunas´´, explica Alba Juez.

A esta altura de las circunstancias, al director del instituto le cuesta hablar de un único logro de la entidad. Dice que los desafíos son muchos y que cuando se embarcan en un proyecto, le ponen tanto empeño y tanta dedicación -algunos llevan 10 años en el proceso- que lo siguen más allá de responder a los requerimientos solicitados.

“De hecho, hace una década empezamos a trabajar en la conversión de motores diesel y motores nafteros a gas, salió bien y seguimos. Fueron evolucionando los motores hasta llegar a los duales con gas y con diesel. También eso anduvo bien y ahora dimos un paso más con diesel, biodiesel y gas. Eso seguirá evolucionando y nosotros seguiremos buscando respuestas a las necesidades de la gente y de la industria´´, dice.

Paulina Rotman – Foto: Federico Levato