“Hola queridos fieles y devotos, Queremos contarles que hoy dejamos lista la imagen en su gruta para quienes quieran y puedan pasar a visitarla”. Así comienza el posteo en las redes sociales de la Comisión del oratorio Difunta Correa ubicado en el departamento 9 de Julio este Jueves Santo, cumpliendo un viejo anhelo para sus integrantes.

Para conseguir este objetivo hay una historia muy particular. Marcelo Páez, un empleado de la Municipalidad de ese departamento, es impulsor de la comisión y debido a los costos de comprar una escultura de tamaño natural de Deolinda Correa amantando a su hijo (la mujer medía 1,63 de estatura), como la que se encuentra en Vallecito (Caucete) fue quien decidió construirla con sus propias manos. “No conseguíamos a nadie en la provincia para poder hacerla y traerla de otro lugar significaba unos costos que no podíamos asumir”, describió.

Consultó, averiguó y en el fondo de su casa fue construyendo la estatua hecha con una estructura de hierro y cemento, para luego revestirla con yeso para moldear la figura y luego pintarla. “Tomé el riesgo y empecé hace unos meses. ¿Si estoy contento con el resultado? La verdad es que salió mejor de lo que esperaba”, contó con una sonrisa.

Agregó que el proyecto integral surgió hace años como agradecimiento de sus padres por un pedido a la Difunta: “Mi hermano mayor estuvo a punto de perder un ojo por un accidente. Mis papás pidieron por él y milagrosamente, de un día para otro, logró recuperarse por completo”.

Para llegar al predio desde la plaza departamental de 9 de Julio, hay que tomar la Diagonal San Martín, que desemboca en calle Bilbao, por donde hay que transitar poco más de 2 kilómetros.

El lugar escogido también tiene un argumento histórico. Páez señaló que Deolinda salió desde esa zona -el distrito de Majadita en ese departamento- a buscar a su esposo. Cruzó el río (que hoy separa a 9 de Julio con Caucete) y falleció en la zona donde hoy está enclavado el santuario en Vallecito.

Los avances en general, y de la escultura en particular, fueron producto principalmente de donaciones y actividades de la comisión para recaudar fondos. Lo conseguido este jueves es cumplir un viejo sueño, pero Páez aseguró que la idea es continuar con mejoras, como instalar bancos para que puedan descansar los visitantes, para que el oratorio se convierta en una atractiva alternativa para quienes no puedan acercarse hasta Vallecito.

Para ellos, esta Semana Santa será especialmente recordada. “También queremos agradecer a cada una de las personas que colaboraron con esta línda causa”, concluyeron en el posteo.