Cuando Isaac Abecasis presentó la cuenta 2008, sus compañeros quedaron enfrentados en una fuerte discusión. Todavía el organismo analizaba sus propios números -antes de la sanción de la ley que dice expresamente que ahora quien aprueba o rechaza es la Cámara de Diputados- y el presidente se excusó de intervenir, porque él es el que confecciona la rendición de gastos como cuentadante. Los vocales Pedro Belenguer y Fernando Manrique opinaron que el ejercicio en cuestión tenía que ser aprobado y sus pares Laura Yanzón y Graciela Chávez decían que debía ser rechazado por inconsistente. Como quedaron empatados, hacía falta alguien que inclinara la balanza y empezó otra discusión que llevó meses. Ellos votaron para que se designara un co-miembro y ellas, para que la cuenta fuera remitida y analizada por la Cámara de Diputados. Finalmente intervinieron los legisladores y emitieron un dictamen, en el que advertían que eran el Tribunal de Cuentas no se puede controlar a sí mismo y que esa tarea corresponde únicamente al Poder Legislativo.
