Las lluvias de principios de marzo pasado dejaron al descubierto la necesidad de mejorar algunas obras viales para evitar que el agua dañe los caminos y genere trastornos en la comunidad. A raíz de esto, la Dirección Provincial de Vialidad dio inicio a un plan de trabajo para revertir la situación y prevenir inconvenientes similares frente a un nuevo temporal. Juan Manuel Magariños, al frente de esta entidad, dijo que las tareas de refacción y remodelación se realizan sólo en las rutas y calles de dominio provincial y que demorarán al menos unos 5 meses más para quedar listas. También agregó que hasta el momento ya se invirtió $7 millones en estos trabajos.
Magariños dijo que en un principio, y en los días posteriores a las lluvias, Vialidad sólo se abocó a intervenciones de urgencia para reacondicionar los caminos afectados y poder habilitar la circulación lo antes posible. Pero que, de ahí en más, se comenzó con obras para buscar soluciones efectivas y a largo plazo. "Tras la evaluación de las rutas y calles más afectadas por el agua, diseñamos un plan de obras tanto para mejorar su estado como para prevenir más daños. Ya hemos realizado obras de compactación de suelo en varias arterias afectadas y reforzado defensas, pero ahora avanzamos con obras más precisas para minimizar los efectos de las crecientes principalmente", sostuvo el funcionario.
También calculo que recién dentro de unos 5 meses se podrá concluir estas obras, ya que debido a la pandemia se está trabajando de manera limitada y con menos personal. Igualmente dijo que se aprovechará la temporada otoño-invierno, donde generalmente no llueve, para poder trabajar a contra reloj y terminar los trabajos antes que arranque la época de lluvias. "Hasta el momento hemos invertido una suma de $7.000.000 en los primeros trabajos, pero la inversión será mucho mayor para cubrir el costo de todos los trabajos. Hay que destacar que estamos utilizando sólo fondos provinciales para estas tareas", dijo Magariños.
Las lluvias pasadas deterioraron muchas calles y rutas, tanto provinciales como nacionales. Algunas sólo necesitaron limpieza de material de arrastre y compactación de suelo para recuperar su buen estado. Otras requirieron una intervención mayor y nuevas obras, sobre todo en los departamentos más afectados por el temporal.
ULLUM. Por varios días se montó un operativo para eliminar la arcilla y demás material de arrastre, proveniente del cerro Tres Marías, que las lluvias y crecientes dejaron a lo largo de la Ruta Provincial 60, desde la rotonda hasta el paredón. En esa misma ruta, desde el paredón hacia el pueblo de Ullum y a lo largo de más de 2 kilómetros se tuvo que tapar los socavones que generó el agua y reconstruir las zanjas de guarda a la vera del camino que sirven para el escurrimiento del agua, evitando su estancamiento. También hubo que eliminar material de arrastre acumulado en el badén que queda al Norte del embarcadero. En este caso, ni el material ni el agua dañaron la ruta.
RIVADAVIA. Se reconstruyeron las defensas que protegían de las inundaciones a los asentamientos del departamento Rivadavia, sobre calle Pellegrini, zona por donde generalmente y de manera natural transcurren las crecientes. La obra consistió en reconstruir los terraplenes de material compacto con una elevación de entre 1,5 y 2 metros de altura, que el agua derribó.
JÁCHAL. En este departamento la calle Eugenio Flores, que una San José con la localidad de Villa Mercedes fue la más afectada por las lluvias. Las acequias de esta arteria de 30 kilómetros de distancia captan el agua de las crecientes que bajan del cerro para encausar su recorrido y evitar las complicaciones. Pero durante el último temporal fueron desbordadas y el agua quedó estancada en la calle, terminando de deteriorar el pavimento que ya estaba en mal estado. Como primera medida, se drenó el agua y se levantó el pavimento a lo largo de toda la extensión de la calle. Ahora, se está trabajando en la repavimentación de unos 3 kilómetros, en una primera etapa, y en el ensanchamiento de las acequias colectoras.
POCITO. La zona comprendida entre calles Joaquín Uñac (ex Mendoza ) y Aberastain entre 11, 12, 13, 15 y 17 fue la zona más afectada por las lluvias, donde el agua de la creciente ingresó a los hogares. Este sector siempre fue una zona típica de bajada de crecientes, pero debido a varios factores actualmente no está en condiciones de que el agua circule sin ocasionar daños, principalmente porque fallan las defensas. Una de los trabajos realizados para revertir la situación fue dragar un canal colector cercano que por la proliferación de vegetación y sedimento disminuyó su capacidad. Actualmente se está trabajando en el reforzamiento de los costados de las calles 12 y 13, aumentando su elevación para que en caso de creciente y ante el desborde de las acequias, el agua sólo circule por estas arterias sin ingresar a los domicilios. En tanto que en calle 11 se va a eliminar el terraplén formado por las vías del exferrocarril para liberar el paso del agua de creciente y evitar que quede estancada
IGLESIA. La principal complicación se dio en la calle Santo Domingo y arterias aledaños, donde la circulación del agua de creciente es subterránea. Debido a que los drenes estaban tapados por vegetación y basura, el agua emergió ocasionando inundaciones. El trabajo consistió en la limpieza de los drenes. Algo similar ocurrió en la zona del Médano al Este de Ruta 40, en Rawson. Es una zona plana donde el desagote del agua sólo se da a través de los pasantes. Hubo que limpiarlos y reparar algunos para su correcto funcionamiento.
CALINGASTA. En principal problema se dio en los caminos que conducen a la zona elevada donde se encuentran las antenas de comunicación. A lo largo de los mismos el agua provocó socavones de entre 3 y 4 metros de diámetro. Hubo que trasladar maquinaria pesada y varias camionadas de material de relleno para repararlos. Luego se procedió a la compactación del suelo.