La estrategia del gobierno para quitar trascendencia al paro y la concentración en Plaza de Mayo fue mantener silencio y mostrar de esa manera indiferencia al primer acto de la CGT contra el kirchnerismo en nueve años. Ningún funcionario oficial comentó la movida del titular de la CGT ni salió a replicar sus palabras. Sólo la presidenta Cristina Fernández, desde la provincia de San Luis, hizo alguna referencia tangencial al tema pero de manera muy indirecta. ‘Esto no es River-Boca, que queremos que gane uno u otro porque somos hinchas. Acá somos todos argentinos y necesitamos que gane la Argentina‘, dijo la mandataria, mientras Moyano esperaba que culmine su discurso, trasmitido por los medios televisivos, para iniciar el suyo en la Plaza de Mayo. La jefa del Estado, que a poco de retornar de la provincia puntana y pasar brevemente por la residencia de Olivos, llegó a su despacho poco antes de las 19, se recluyó en su despacho para analizar los hechos pero sin que trascendiera ninguna instrucción.
