Atrás quedó esa imagen lamentable de cuerpos extremadamente delgados, de señas de latigazos, de mirada triste y de miedo. Hoy se las ve rozagantes. Son las dos yeguas que, en septiembre pasado, ingresaron al Faunístico Centro de Recuperación para Fauna Silvestre, en Rivadavia, luego de que la Justicia las decomisara por el maltrato al que eran sometidas. Ambos equinos se encuentran completamente recuperados, en muy buen estado de salud y hasta estéticamente renovados.

Las dos yeguas, una zaina y otra tordilla, ingresaron al Faunístico con un estado de regular a malo, según el primer diagnóstico que se hizo tras la revisión médica. Iván Simoncelli, veterinario y director del Centro de Recuperación, dijo en su momento que ambas estaban con mal estado corporal, sin reserva de grasas, con salencias óseas (a simple vista se les ven algunos huesos como son las costillas) y desnutridas. Sostuvo que no tenían lesiones físicas de consideración, sino algunas marcas que, aparentemente, eran consecuencia de los latigazos. Estas cicatrices son lo único que no desapareció. "Ambos equinos se encuentran en muy buen estado de salud y hasta con un pelaje renovado. Las dos respondieron muy bien al tratamiento que se basó principalmente en un plan alimentario y cuidados especiales para que perdieran el miedo a ser castigadas", dijo Simoncelli.

El veterinario contó que el tratamiento incluyó un plan de alimentación nutritivo con doble ración de heno y alfalfa diaria, más alimento balanceado. También se les inyectó un polivitamínico por tres meses (una aplicación por mes) y se las desparasitó cuatro veces tanto de manera interna como externa. Agregó que estas dos últimas atenciones contribuyeron para que ambas yeguas recuperaran también la salud y brillo de su pelaje. A esto se sumó el cepillado diario que recibieron de parte de los cuidadores que, más que una parte del tratamiento, formó parte de una estrategia para que perdieran el miedo.

Por el momento, las yeguas se encuentran en el sector de la Granja Educativa del Faunístico, separada del resto de los animales y de los otros dos equinos que hay en el lugar. Pero será hasta dentro de unos días cuando comiencen con la etapa de adaptación. "Ambas yeguas compartirán el corral con el otro caballo y yegua que hay, pero luego de un proceso de acercamiento. Los equinos, sobre todo los machos, suelen ser poco tolerantes con los nuevos compañeros por eso hay que trabajar en el contacto. Vamos a colocar a las dos yeguas recuperadas en un corral cercano al de los otros para que vayan estableciendo un contacto visual y perciban la presencia del otro", dijo Simoncelli.

 

>> Cómo las rescataron
 

El 22 de agosto, Daniel Molina, oficial de Policía que cumple funciones en la Comisaría 18va, de Albardón, intervino de oficio en un caso de maltrato animal.

Pero su trabajo no sólo pasó por detener al agresor y rescatar a los dos equinos que evidenciaban los signos del maltrato, sino que protagonizó un operativo que duró varios días para cuidarlos y ponerlos a salvo, y que incluyó hasta pedir pasto para alimentarlos.

El 1 de septiembre logró trasladarlos al Faunístico para la recuperación. El oficial fue testigo de este caso de maltrato. Vio cómo un hombre que se trasladaba en carretela iba azotando al caballo que tiraba del vehículo. Y que llevaba tirando a otro, ambos en muy mal estado.

Decidió actuar de oficio para detener al agresor y para poner al resguardo a los equinos. Luego notificó el caso a la jueza Mónica Lucero, al frente del Tercer Juzgado Correccional, quien imputó al detenido por el delito de maltrato animal, que puede ser castigado con 15 días a 1 año de prisión.